En AMBIENTALES

La ciudadanía organizada en Curacautín, región de la Araucanía, viene desde hace más de 12 años, realizando múltiples acciones para cuidar sus ríos. De este modo ha aprendido a conocer su cauce, las múltiples expresiones de vida existente en ellos, la gran biodiversidad y su imponente naturaleza.

Por Jenia Jofre, vicepresidenta de CODEFF

Primero ha sido la reacción contra las empresas de energía hidroeléctricas que amenazan con instalarse en el territorio, estas acciones nos han permitido ser más guardianes de la naturaleza que nunca, por lo que vecinos de los sectores aledaños a los ríos de la comuna, han denunciado en diferentes momentos la creciente destrucción a sus cauces, generada por la extracción ilegal o exacerbada de los áridos.

Este año, por primera vez hemos sabido con anticipación la presentación de declaración al Servicio de Evaluación Ambiental de un par de empresas y ante el solo hecho de que ciudadanos, comunidades indígenas u organizaciones ambientalistas como CODEFF han solicitado su derecho a participación ciudadana, estas empresas han desistido de la extracción en el río Blanco, un paisaje ya extremadamente explotado.

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El problema recién se comienza a abordar, al parecer somos pioneros en esto en el territorio nacional. Son tantos los desafíos en las comunas pequeñas y es tanta la presión por nuestros recursos naturales que recién podemos denunciar de manera sistemática esta mala práctica que tanto daño hace a los ríos, a través de muchos años.

Nuestro desafío pretende invitar a los alcaldes, a la Dirección General de Aguas (DGA), al SEA y también a más vecinos, a que miremos el daño que esto genera, pero especialmente al Ministerio de Obras Públicas, que actúa presionando y pasando a llevar a los actores locales.

Si cuidar la naturaleza es más caro tendrá que ser, así como mirar otros escenarios posibles para rellenar caminos, por ejemplo, materiales de demolición, lo que sea, pero con alta exigencia de evaluación ambiental. El SEA tendrá que exigir más y velar porque estos proyectos sí cuente con estudios de Evaluación de Impacto Ambiental y será la ciudadanía quien tenga la última palabra porque es su territorio afectado.

Fotos: Jenia Jofre

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