“La Naturaleza tiene derechos. El Estado y la sociedad tienen el deber de protegerlos y respetarlos”. “El Estado debe adoptar una administración ecológicamente responsable y promover la educación ambiental y científica mediante procesos de formación y aprendizaje permanentes”. Con estos dos incisos del Art. 127 de la propuesta de Nueva Constitución, se abre el capítulo III, titulado Naturaleza y Medio Ambiente, otorgando por primera vez en la historia de Chile, un espacio completo abocado específicamente al resguardo de la Naturaleza.
Chile enfrenta un proceso histórico. Por primera vez se le consultará al país, mediante un proceso democrático, si aprueba o rechaza una propuesta de Nueva Constitución, la que llega cargada de derechos sociales, pero también ambientales, partiendo por los de la Naturaleza.
Artículo 1 de la Nueva Constitución: “Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural y ecológico”, exhorta el primer apartado del capítulo primero sobre Principios y Disposiciones Generales.
Si bien la propuesta de Nueva Constitución contiene profundos avances en materia de derechos sociales como educación, vivienda, salud y derechos sexuales y reproductivos, el capítulo dedicado exclusivamente al resguardo de la Naturaleza es quizás uno de los puntos que marca mayor distancia con la actual carta magna.
Y es que, de pasar de una sola mención a la Naturaleza, a través del Art. 19 de la actual Constitución, un capítulo entero conformado por 37 artículos en la propuesta constitucional a plebiscitar, demuestra el nivel de importancia que cada carta magna le otorga al medio ambiente.
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Para Fernando Salinas, miembro de CODEFF desde hace ya 30 años y ex convencional, la propuesta de Nueva Constitución viene a transformarse en un paraguas que cubre el resguardo de la Naturaleza no solo en el aspecto ecológico, sino que integra esta máxima a todo su articulado, definiendo al Estado mismo como una institución ecológica.
En entrevista, Fernando Salinas destacó el trabajo investigativo y científico de CODEFF, primera organización ambientalista de Chile. Además, se refirió a los avances en materia de protección ambiental presentes en la Nueva Constitución, considerando el contexto de cambio climático, sequía y pérdida de autonomía alimenticia.
Vivimos procesos de cambio socioambiental, debido en gran medida a la articulación de distintas organizaciones ambientalistas a lo largo del territorio ¿Cuál es el valor de CODEFF en la ruta del resguardo de la flora y fauna en Chile?
Soy un socio antiguo, más o menos desde los 90’, CODEFF ha sido trascendente en el aporte a la protección de la flora y la fauna, porque fue la primera organización ambiental que se formó en Chile y ha hecho un trabajo importante en la preservación y conservación.
Es pionera, siempre manteniéndose en el plano de la investigación. Todas las demás organizaciones han recogido la experiencia de CODEFF, es una organización que ha mantenido un status y eso tiene un valor muy grande.
Volcándose al proceso constitucional, Chile está frente a un momento histórico, sobre todo, lo relativo al resguardo de la Naturaleza, que podría ser reconocida por primera vez en una Constitución. ¿Cuán significativo es el avance en materia de protección medioambiental de la propuesta de nueva carta magna?
Hay un abismo, entre lo que propone la Constitución actual, que tiene un solo párrafo que dice que tenemos derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación, versus, una gran cantidad de artículos que conforman una especie de estructura dentro de la Nueva Constitución para defender a la Naturaleza.
Va a haber un Estado ecológico, porque no solamente se le da derecho a la Naturaleza y se definen bienes comunes, sino que también, en áreas como la economía, se establecen principios que son totalmente coherentes con este objetivo. Ya no son sólo artículos que hablan de la protección, sino que son un todo, totalmente interrelacionado, de tal forma que la sociedad, en todos sus aspectos, pueda integrarse a una forma de vivir en armonía con la Naturaleza. Este nuevo rayado de cancha incluye otros aspectos, no solo lo ecológico.
¿Cuáles son, según tu experiencia, algunos de los puntos de mayor importancia en la Nueva Constitución, en pos de asegurar una jurisprudencia ambiental?
Por ejemplo, el artículo 103, que establece que la Naturaleza tiene derecho a que se proteja y respete su existencia y se define esa protección, orientada a resguardar, regenerar y mantener el equilibrio y sus funciones dinámicas. Estas funciones son tres: los ciclos naturales, los ecosistemas y la biodiversidad. No solamente se dice que la Naturaleza tiene derechos, sino que se especifica cuáles son sus ciclos vitales, que son estos tres.
Se crea la Defensoría de la Naturaleza, que tendrá herramientas para fiscalizar cómo se afectan estos ciclos en la Naturaleza. Esto es muy importante, porque a veces, el interés de proteger sin establecer el mecanismo, el cómo y cuáles son los mecanismos específicos, no cuenta con una orientación práctica para defenderla.
Hemos visto en Chile, en muchas otras áreas, que se pueden tener buenas ideas y cuando se quieren promulgar, salta la posibilidad de que sea inconstitucional y quedamos hasta ahí nomás. Entonces, si la Constitución ya establece que uno de los objetivos es que exista un Estado ecológico, es un punto de partida
Considerando el desastroso contexto actual de la Naturaleza a nivel mundial, profundizado por el avance del calentamiento global, la sequía y la hambruna, ¿Por qué es tan necesario contar con una Constitución ecológica?
Lo hemos visto año a año. Los líderes mundiales se reúnen en las COP y no pasa nada, porque cuando vuelven a sus países tienen que entrar en un proceso legislativo o político y no los acompaña la Constitución, no los obliga. Pasa a ser un acuerdo político que no se traduce en los cambios reales que necesita el planeta.
Una Constitución, como la que podría haber en Chile, es fundamental para asegurar esto. De hecho, es muy grato observar como en el mundo, científicos, economistas, entre otros, están apoyando la Nueva Constitución chilena y dicen que podría ser un referente para todos los países, sería un punto de partida.
No nos olvidemos que Chile fue el laboratorio del modelo neoliberal, entonces, por nosotros este sistema se proyectó a todo el mundo, no porque nosotros lo quisiéramos, sino porque líderes mundiales, como Margaret Thatcher que lo proyectó, y todo el mundo ahora tiene estos conceptos neoliberales, hasta los chinos.
Si en Chile, donde se inició este sistema neoliberal, que ha sido el que más ha provocado daño en la Naturaleza, por sus principios de libertad económica, se produce un cambio a un sistema ecológico, esto va a ser un símbolo.
Estaremos diciendo que probamos el sistema neoliberal y nos encontramos con un país devastado desde el punto de vista ecológico; en el norte con las mineras, en el centro sur con los monocultivos, la pesca, y la acuicultura en Chiloé, Aysén, y Magallanes, entre otros. Todo nuestro país está afectado con la actividad económica, que finalmente termina destruyendo los equilibrios, necesarios para poder enfrentar la crisis climática.