En COLUMNAS

Por Peter Hartmann, Director CODEFF Aysén

Bastante movido ha estado el “invierano”. Mientras muchos vacacionan, hemos estado involucrados en múltiples actividades, desde tratar de entender la última debacle marina -algo convertido ya en habitual- pasando por construir un invernadero adosado a vivienda, hasta participar y disfrutar del “Festival del Bienestar” y la actuación en él de la “Caravana por la Paz y la Restauración de la Madre Tierra”.

También organizamos algunas actividades y despejando de basura por tercera o cuarta vez el arroyo Las Lumas en su cruce con Circunvalación Oriente Poniente de Coyhaique, con el consecuente paseo al relleno sanitario a dejar parte de esos desperdicios, ya que ese día no había tolva en toda la ciudad (estaban todas estacionadas en el sitio del relleno). Ahí además vimos un lote de contenedores sin uso, de esos que según la Municipalidad no hay disponibles como para colocar en las cercanías del cruce ese, para que la gente ponga ahí sus basuritas en vez de tirarlas al cauce, costumbre apestosa que no logramos comprender en quienes llegan en su vehículo a cometer tamaña brutalidad, cuando perfectamente podrían ir a un contenedor de los que hay a solo cuadras de distancia.

Esperamos en esta semana poder entregar nuestra fundada opinión sobre los últimos FAN’s (floraciones algales nocivas), de esas que alguna no son algas sino otros organismos marinos, que se están volviendo cada vez más habituales en nuestro litoral. Cada verano aparecen algunos nuevos exóticos invasivos, como ahora. Vale recordar que hay emergencia por marea roja en el sector de Yelcho, un bloom de algas en el Fiordo Aisén y un nuevo dinoflagelado en el Golfo de Penas que “mató a smolts y salmones que pasaban por ahí en wellboat”. Según pudimos apreciar, la institucionalidad e industria salmonera están sumamente alarmados con esto. Al punto que a los pocos días aparecieron cuanto instituto ad hoc, universidades y barco de la Armada para ir a investigar. La verdad es que no deja de llamar la atención, porque ahí mismo fue donde hubo dos denuncias de sobre trescientas ballenas en peligro de extinción muertas, para cuya investigación solo estaba disponible, tras meses de espera, el barco de abastecimiento de faros de la Armada. Y los resultados de esa investigación aun no se dan a conocer, aunque pareciera ser que la mortandad se debió a la “marea roja”. ¿Y cómo se ha vuelto tan peligroso para ballenas y salmones ¿y otros seres? el sector del Golfo de Penas? Por cierto, lo que ahí sucede lejos de los centros de salmonicultura, pero no de sus wellboats, ha servido para tapar los otros dos casos donde es evidente esos centros tienen la cochinada. Hasta ahora, en varios aspectos esta es una repetición del cuadro de fines del verano pasado, que se convirtió en una catástrofe, y ocasionado por razones parecidas. Además, llama la atención como la industria salmonera pasea sus salmones por dos mil kilómetros entre Magallanes y la Región de Los Lagos, para allá y para acá, como si eso no tuviese costo ni efectos. De paso, demuestran que dejar producto de sus actividades en las regiones no tiene importancia para ellos. Es la demasiado conocida economía explotadora de las factorías en el litoral austral. Para remate, en la Ley del Medio Ambiente no existe la contaminación biológica, como la que está ocurriendo en el litoral de Aisén.

Nuestra participación en el “Festival del Bienestar”, linda iniciativa de la escena “alternativa” coyhaiquina, que ya se repite hace algunos veranos, fue de disfrutar de los hermosos conciertos de la Caravana arriba nombrada y de una fabulosa “danza por la paz”, que nos han llenado de energías positivas. De la increíble y variada oferta de actividades que había en ese festival, además participamos en una interesante charla sobre el cambio climático que impartió Beto Gómez, que nos dejó bastante alarmado, de un muy útil taller sobre comunicación y de una conversación sobre el agua, ambas facilitadas por Juan Pablo Lazo (ex abogado de “Acción por los Cisnes”), quien tiene una tremenda expertise en esos temas. En esa última conversación nos encontramos con algunos jóvenes con curiosidad pero desconocimiento del tema, mas los típicos moldes “oficiales” de hace décadas, de que “necesitamos energía y para ello represas”, como si no existiesen alternativas de menor impacto, ni la ausencia de eficiencia, ni la energía se dilapide en basura y tonteras, o todo sea más bien para el lucro de transnacionales eléctricas y mineras. Y justamente el día anterior habíamos entregado una presentación en la Contraloría para prevenir varias anormalidades en la tramitación de nuevos derechos de aprovechamiento de agua que está solicitando HidroAysén desde hace años. Tema que actualmente, además, en parte está por tener resolución en Tribunales. La verdad es que esa petición de derechos es de lo más insólito que conocemos, porque la Dirección General de Aguas ha estado rechazando peticiones ahí mismo, en la cuenca del Baker, hasta para el agua potable de Cochrane, porque no hay disponibilidad del recurso. ¿Entonces de donde habría para HidroAysén? ¿Y dónde queda el precepto de la igualdad ante la ley?

En fin, como que nos hace falta más paz y restauración de la Madre Tierra.

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