En COLUMNAS
Por Peter Hartmann. Director CODEFF Aysén y Presidente Agrupación Aysén Reserva de Vida.

En todo un acontecimiento social multitudinario se convirtió el eclipse del domingo pasado. Y por nuestra parte, mientras a esa hora escuchábamos “The Dark Side of the Moon”, encontramos que más de algo de la lírica de Pink Floyd había en el ambiente, y hasta nos dio la impresión de que no solo el sol estaba eclipsado.

Y eso, porque en la semana pasada nos enteramos de varias noticias, que si las relacionamos, era como para pensar en un eclipse de otro tipo. Por cierto, la noticia destacada fue la del descubrimiento astronómico de los planetas con posibilidad de que tengan agua. Eso, mientras el astrónomo, Pablo García -quien es muy terrícola-, advertía que la humanidad está haciendo todo lo posible para su extinción a consecuencia de destruir la atmosfera y el cambio climático. ¿Será que la idea es farrearnos este planeta con vida para pretender irnos a otro ubicado a distancias inalcanzables?

Otra noticia relacionada es la enorme mancha, de condiciones anómalas, en la mitad del océano pacífico; que estaría causando consecuencias en la capa de ozono. Y aún hay más. Científicos descubrieron que las praderas marinas están desapareciendo. Si le sumamos a todas las novedades la expansión de radiación desde Fukushima al Pacifico, que el año 2016 fue el año más caliente en siglos apreciándose una curva anual de temperatura cada vez más ascendente y el cálculo de científicos en que dicha temperatura está aumentando 170 veces más rápido que lo natural a causa de emisiones antropogénicas, la oscuridad se vuelve aún peor. Y en lo que respecta a la represa de Oroville en California, donde se tuvo que evacuar a 160 mil personas en Estados Unidos, ahora los “gringos”descubrieron” que muchas de sus represas están en un estado deplorable y en situación de riego. ¿Usted cree que nosotros en eso acá seriamos más responsables?

A nivel nacional, tras los incendios por sequía, a la primera lluvia en la Zona Central tenemos otra catástrofe. A tanto, que la capital, mayor ciudad del país, donde vive la mayor parte de quienes toman decisiones nacionales: ¡se queda sin agua potable! Y eso, que no hace mucho pasó lo mismo; o sea es algo habitual. El que le falte el agua a esa ciudad, es por decir lo menos, simbólico o sintomático. ¿País con mala relación con su agua y su bosque regulador del agua? ¿País incapaz de tomarse en serio el agua, el elemento más vital? ¿No será que hace falta tratar mejor las cuencas? ¿No nos querrá decir algo la Madre Tierra?

Y en lo regional, como es conocido, en la colonización de la región se quemó la mitad de su bosque y su biodiversidad, lo cual al poco tiempo llevó, entre otras, a graves consecuencias de erosión, embancamiento y pobreza en muchos campos hasta hoy. Y desde hace algunas décadas estamos repitiendo el mismo esquema destructivo, -incentivado por o a vista y paciencia- del Estado, ahora en nuestro mar. Así es como actualmente nos enteramos de que el Fiordo Aisén se encuentra en fase de pérdida de capacidad para sostener toda vida acuática y con el Golfo de Penas convertido en un lugar peligroso para la vida marina. ¡Imagínese si a eso se le agregase la construcción de represas con la consecuente alteración de las aguas de los ríos afluentes al fiordo y golfo!

En ese panorama de eclipse, más vale poner algo de luz y esperanza y trabajar por cuidar la vida sobre nuestro planeta. Y en eso ¡Vaya que estuvo potente el aporte de la “Caravana por la Paz y Restauración de la Madre Tierra” en Coyhaique y el Fiordo Aisén! Ahí, en Bahía Acantilada, el sábado pasado, fuimos a realizar una acción por sus aguas y las de sus afluentes, como el Río Cuervo. ¡Estuvo muy hermosa! La verdad es que nos hizo muy bien y hasta nos pareció que las aguas del fiordo estaban muy contentas. Y no hay primera sin segunda; ahora nos encontramos con las y los amigas y amigos de Puerto Aisén y Puerto Chacabuco organizando la tradicional “Manifestación por los Ríos Libres y Vivos” que será en el puente del Río Los Palos, Puerto Aisén, el domingo 12 de marzo a las 12 horas.

Solo mirar eclipses y hacer nada, de poco sirve a la vida en nuestro planeta hogar.

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