En COLUMNAS

No queremos dejar pasar referirnos a dos publicaciones que leímos hace algunos días sobre la controversia acerca del Parque Nacional Patagonia.

La primera es una de esas notas emitidas seguramente desde la municipalidad de Chile Chico (“Vecinos validan consulta ciudadana sobre Parque Patagonia”) y la cual concluye diciendo que “continuarán trabajando y realizando gestiones por otros temas, por un bien común, no de forma mezquina y egoísta”. 

En otras palabras: quienes objetan la consulta e insisten en estar a favor del parque serían mezquinos, egoístas y están contra el bien común. La otra, es una columna de Felipe Candia “Pensemos en Colores” en la cual opina que la controversia del parque es minería vs. turismo, que ambas actividades tienen sus contras (el turismo ocasionó los incendios en el Parque Nacional Torres del Paine) y que la disyuntiva no es blanco o negro ya que, entre otros, la industria minera tiene la posibilidad de hacer un cambio de paradigma “creando valor compartido”. Este columnista no deber ser el único en pensar de esa forma.

Por cierto que la controversia no es blanco/ negro, por más que a algunos esto les resulte más fácil. Para nosotros tampoco es una cuestión de quien se queda con la infantil Aisenia para abusar de ella, empresas de turismo o mineras. O sea, la prostitución económica, sacrificio, de un territorio, violento lenguaje y forma de pensar que parece ser lo único que se entiende en una sociedad del modelo neoliberal. Para nosotros el asunto es más profundo que eso. Cuando sabemos que los humanos estamos arrasando con la vida sobre el planeta, consiguiendo hasta que éste se haya enfermado, que los científicos nos adviertan que estamos cerca de un efecto invernadero irreversible con terribles consecuencias  y que nos estamos sobregirando en el abuso de los recursos ¿podemos insistir en el suicidio colectivo? Cuando sabemos que la vida es más valiosa que el oro y que más importante que algunos intereses particulares es el bien común, o sea lo que es de todos y para todos ¿Podemos seguir con más de lo mismo? Y en el caso del Parque Nacional Patagonia, se trata de un bien común nacional de propiedad de todos los chilenos, los de ahora y los del futuro, para restaurar la vida natural y cuidar el valiosísimo patrimonio natural y cultural que ahí existe y del cual recién estamos tomando conocimiento. De hecho, los chilenos incluso nos hemos dado leyes para proteger esos sitios patrimoniales, pero parecen ser insuficientes y además es necesario proteger sus inmediaciones y prevenir daños en aquellos aún por descubrir. De hecho, en esos lugares patrimoniales protegidos se han estado realizando prospecciones mineras y son esos lugares los que se pretende sacar del parque para beneficio de intereses particulares. Entonces ¿somos nosotros, quienes defendemos la vida, el patrimonio nacional y el bien común, los “mezquinos, egoístas y que no nos importa el bien común”? Francamente nos parece que quien piensa y escribe eso está en el mundo al revés o está desinformando de forma grotesca. Digno aprendiz de Goebels.

Ahora, en cuanto al turismo, lo vemos como posibilidad de actividad económica no consuntiva comunitaria, y no la única, asociada al parque. Y está claro que no siempre se hace bien, aunque también de que es más fácil que sea sustentable que las actividades consuntivas de recursos. Y respecto a Torres del Paine, ese es un buen ejemplo de lugar donado por un particular extranjero al estado de Chile para crear un parque nacional, donde en su momento los ganaderos lugareños  también se opusieron y donde actualmente casi todos viven del turismo. ¡Vaya a Natales a constatarlo! Y eso llevado a varios extremos, como la sobrecarga del parque y problemas consecuentes. Aparte de que el Estado chileno gusta de recibir los beneficios económicos de las áreas protegidas, pero le cuesta invertir en ellas, entre otras, para evitar incendios. Y Torres del Paine no es el único lugar con ese riesgo. A propósito,  el sospechoso incendio de hace algunos años en el Valle Chacabuco, justo cuando estaba ahí Tompkins y el ex-presidente Lagos, que se sepa, no fue ocasionado por turistas.

Y en cuanto a la minería del paradigma “del valor compartido”, si bien hay mineras mas responsables y menos egoístas que otras, esta es una actividad consuntiva de recursos no renovables que es bastante difícil que sea sustentable. El más histórico ejemplo en nuestro país es el del salitre. Menos aún cuando acá prevalece una cultura minera a la antigua, donde sus políticos dejan que las transnacionales se lleven casi todo a cambio de algunos empleos y migajas.  En todo caso, ni Laguna Gold –El Toqui, ni Mandalay Resources – Cerrro Bayo, ni Equus Mining –Southern Gold, han mostrado algún mínimo intento siquiera de ser parte de algún nuevo paradigma de minería algo mas sustentable.

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