“La minería no es vista como un motor de desarrollo, sino como un sector que crea problemas” (I. Arriagada, Presidente Ejecutivo de Antofagasta Minerals, E.M. 2.4.2016), es lo que leo de subtitulo en un diario del fin de semana anterior. En esos días también teníamos la “suerte” de ver otras noticias relacionadas, como aquella del profuso lobby de Glencore con los ministros de Energía, Medio Ambiente y Minería antes de la resolución del Comité de Ministros sobre el proyecto Río Cuervo. Mientras eso ocurría, los mismos ministros habían respondido a organizaciones sociales de Pto. Aisén que no los podían recibir para no afectar su “probidad”. Y también nos sorprendió el anuncio de la minera Nystar – El Toqui de que cerrarán su tranque de relaves de Confluencia por estar causando problemas ambientales.
En lo que respecta a los ministros y Glencore, la verdad es que la institucionalidad ya nos tiene acostumbrados al doble estándar y su colusión con las empresas mineras todopoderosas. Esto solo es parte de un panorama mayor en el cual ya en su programa el actual gobierno no toca a las mineras, y si uno revisa políticas como la Agenda de Energía, se encontrará que las mineras, las mayores consumidoras y demandantes de energía del país, es como que no existieran, cuando es harto lo que se podría hacer en esa y con esa actividad económica en lo energético. Seguro pasa algo parecido en otros ámbitos de la política nacional como la reforma laboral y tributaria, donde estos “querubines” son intocables.
En cuanto a las expresiones del presidente de la minera de Luksic, estas evidentemente son un llamado de apoyo al gobierno a cambio de las inversiones que estarían haciendo. Y en ese llamado, en que se lamentan de la mala imagen que tiene la minería, cuando según ellos serian una importante fuente de empleo y de aporte al PGB y constituyen un 50% de las exportaciones. La verdad es que seria bueno que la minería, aparte de las quejas y presiones, hiciera una autocrítica sobre el porque esta tan mal conceptuada y porque tiene tan mala imagen. A lo mejor descubren algunas razones de ese porque y donde mejorar su gestión y donde evitar conflictos. Por ejemplo, el que la misma Antofagasta Minerals cumpla al fin el fallo de la justicia paralizando el tranque de relaves de Pelambres en vez de anunciar la expansión de esa minera. Igualmente podría aclarar que pasa con sus derechos de agua en el Silala que están ocasionando un conflicto internacional. Vale también recordar, que la minería es una actividad extractiva de recursos no renovables, nada de sustentable y que aporta solo 1,5% al total del empleo nacional. O sea, eso del empleo es otro mito. Aparte, que apenas baja el precio de los metales, lo primero que hacen es cortar al personal. Y lo del PGB también es mito, si se considera que del total de la minería mas del 60% es transnacional y la plata que deja en el país es una fracción minima e insignificante del total de utilidades, minerales y metales que se van al extranjero. ¡Si no pagan ni impuestos y están exentos de otros como aquel a los combustibles! De hecho, aportan solo 8,9% del total nacional a las arcas fiscales. Eso sin considerar la mochila ambiental y social que le externalizan a la nación y futuras generaciones, que es tremenda. Es cosa de ir a ver el desastre de los aluviones cargados al relave del año pasado y de recordar que pasa cuando se acaban los minerales y solo quedan agujeros, relaves, escorias y poblados fantasma como ya ha ocurrido en innumerables ocasiones.
Y a propósito de relaves, cuando hace mas de 20 años fuimos con el seremi de Agricultura de la época, Leopoldo Sánchez, a constatar la emisión de relaves hacia el Río Toqui, la que según el gerente de la minera no existía, el lío también terminó en que cerraron el tranque usado en ese entonces construyendo otro; supongo el de Confluencia. Y ahora se repite la historia. Solo que esta vez, en agosto de 2014, murió ganado intoxicado por plomo y arsénico y que tras un año de espera los exámenes hechos a los pobladores del área mostraron a todos contaminados y a siete de ellos con arsénico sobre la norma. A eso se suman los eventos de mortandad de peces en el río a causa de exceso de relaves. Esta vez también, se han presentado querellas por la contaminación y daños y se involucró la Bidema de la PDI y el Colegio Médico y parte de los afectados. Además la Superintendencia de Medio Ambiente lleva varias causas por incumplimientos de la empresa. Mientras, algunas autoridades hacían lo posible por guardarle las espaldas a la empresa con lo que retrasaron sustancialmente los exámenes de salud y la solución del problema que tenia responsables mas que identificados, por mas que no los podían encontrar. Esta claro que los tiempos están cambiando y ya no es llegar y contaminar ni de hacerse el desentendido. Ahora vale preguntar además: ¿Cómo es que se construyó un tranque de relaves al lado del río y en las cercanías de campos y viviendas? ¿Cómo es que ese tranque no cumple con condiciones ambientales mínimas? Y respecto a su cierre: ¿Hay un Plan de Cierre y Abandono que evite que ese “pasivo” siga contaminando? Y mirando hacia el futuro: ¿Y donde van a ir a parar los relaves de El Toqui ahora, o es que en algunos años más toda la historia se repetirá por tercera vez? ¿Ese “nuevo” tranque cumple con condiciones de evitar fugas de contaminantes líquidos y de polvaredas? Por último, si esa minera se despreocupó de sus relaves, perfectamente podemos pensar que en el resto de sus operaciones y gestiones ocurre más de alguna anormalidad. Para que hablar de dejar en la región sus ganancias e intentar al menos de ser mas sustentables.
¡Y así quieren que no los vean como “sector que crea problemas”!