Ante la próxima resolución de mantener el rechazo o aprobar el uso de tronaduras para la extracción de carbón en Isla Riesco, Magallanes, y frente a la grave situación de contaminación que se vive en Quintero y Puchuncaví, ONGS y organizaciones ciudadanas exigen al Gobierno consecuencia y determinación para poner en práctica cuanto antes el programa de descarbonización para el país.
Durante décadas el Estado chileno ha privilegiado el crecimiento económico por sobre la salud de la población y el medio ambiente, creando zonas de sacrificio donde los ciudadanos han sido sistemáticamente vulnerados y abandonados por los gobiernos de turno. Los episodios de contaminación de estos últimos meses en Quintero-Puchuncaví, que han intoxicado a más de 600 personas y por la cual el Colegio Médico ha solicitado que se le decrete como zona de catástrofe, son un reflejo de esas decisiones que no han tenido una visión integral del conflicto. Hoy estamos en un punto de inflexión donde el Gobierno tiene la oportunidad de decidir si seguirá en esa senda o si apostará realmente por el desarrollo sustentable. Una señal determinante será la resolución que tome respecto de si mantendrá el rechazo a las tronaduras en Isla Riesco o si revocará la decisión tomada en Magallanes, aprobando su uso con el único objetivo de abaratar los costos de la extracción de carbón.
En Isla Riesco comienza la cadena de contaminación, Mina Invierno –la mina de carbón a cielo abierto más grande de la historia de Chile- es la primera de cuatro minas más proyectadas en dicha isla por los grupos económicos Angelini y Von Appen. Durante sus ocho años de operación, ha incumplido sistemáticamente diversos compromisos adquiridos con el Estado y ha sido multada y sancionada por la Superintendencia del Medio Ambiente en dos oportunidades por contaminar Isla Riesco desde el comienzo de sus operaciones. El carbón que se extrae en la isla es quemado en las llamadas “Zonas de Sacrificio” del centro y norte del país, en las termoeléctricas de AES Gener, lo que ha generado por ejemplo, kilómetros de varamiento de carbón en las costas de Ventanas-Puchuncaví, dispersión de contaminantes en el aire y suelo, contaminación con cenizas y metales pesados, generando graves daños en la salud de la población, ecosistemas y en las economías locales, generando un ciclo macabro de contaminación en la zona. Además, Chile y el mundo se enfrentan al desafío de disminuir los porcentajes de emisiones de CO2 para lograr detener el cambio climático, una tarea pendiente que podemos cumplir como nación con la participación consecuente de las instituciones en conjunto con la comunidad, en acciones coordinadas, proactivas y conscientes del derecho constitucional de vivir en ambientes libres de contaminación para las actuales y futuras generaciones.
Aprobar las tronaduras en Mina Invierno, significaría un subsidio a la extracción de este carbón que se quema también en Huasco, localidad declarada saturada ambientalmente hace años y que se podría quemar en otras zonas de sacrificio, como Coronel, Tocopilla y Mejillones, según las actuales negociaciones de los titulares de Mina Invierno con otra de las mayores generadoras de electricidad en base a carbón de Chile, la empresa Engie, por lo que no es posible pensar en planes de descontaminación, programas de descarbonización y soluciones de largo plazo, si al mismo tiempo se apuesta por hacer más rentable y abaratar la industria de la extracción de carbón. Un verdadero plan de descontaminación para Quintero-Puchuncaví y las demás zonas de sacrificio, conlleva evitar que se utilicen explosivos en el corazón de la Patagonia. Hoy esta decisión está en manos del Gobierno, si efectivamente está haciendo todo lo posible, entonces el uso de tronaduras en Mina Invierno, jamás debe ver la luz. No se puede transitar por dos caminos tan opuestos a la vez, ya que esto solo mostraría la enorme contradicción del Gobierno y pondría en tela de juicio la real voluntad política para hacerle frente a los desafíos que tenemos como país.
El Presidente Sebastián Piñera tiene la oportunidad de decidir si apostará por el verdadero desarrollo, que incluye no solo el componente económico, sino también la dimensión social y ambiental. En el siglo 21 ya no hay duda alguna, el carbón mata al extraerse y mata al quemarse y la decisión ante el uso de tronaduras en la mayor mina de carbón de Chile, será un punto de inflexión para Isla Riesco, para Puchuncaví y Huasco que queman este carbón y para uno de los mayores desafíos que hoy tiene la humanidad, terminar con la era de uno de los mayores contaminantes entre los combustibles fósiles.
¡No más carbón!
Firman:
Alerta Isla Riesco, Región de Magallanes
Acción Ciudadana Puchuncaví Despierta, Región de Valparaíso
Agrupación Ecológica Patagónica Humedal 3 Puentes, Región de Magallanes
Asamblea Ciudadana de Última Esperanza, Región de Magallanes
Asociación de Yoga, salud y Cultura PatagOM-A, Región de Magallanes
Ecosistemas, ONG Nacional
Ética en los Bosques, ONG Nacional
Cabildo Abierto Quintero-Puchuncaví, Región de Valparaíso
Caminante de la Niebla Mejillones, Región de Antofagasta
Centro de Conservación Cetácea, ONG Nacional
Comité Pro defensa de la Flora y la Fauna, ONG Nacional
Coordinadora Ciudadana No Alto Maipo, Región Metropolitana
Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén, Región de Aysén
Chile Sustentable, ONG Nacional
Dunas de Ritoque, Región de Valparaíso
Fiscalía del Medio Ambiente, ONG Nacional
Frente de Defensa Ecológico Austral, Región de Magallanes
Frente de Defensa de Coronel, Región del Bío Bío
Fundación Decide, Nacional
Fundación Tantí, Región de Antofagasta
Greenpeace, ONG Internacional
Greenpeace Magallanes, Región de Magallanes
Instituto de Ecología Política, ONG Nacional
Junta Vecinal 30 Dumestre, Región de Magallanes
MejiAmbiente, Región de Antofagasta
Movimiento Chao Pescao, Nacional
Movimiento Tocopilla Vuelve, Región de Antofagasta
Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente, Región de Valparaíso
Movimiento de Defensa del Medio Ambiente, Región de Coquimbo