En AMBIENTALES

Hace ya dos semanas que los incendios forestales volvieron a asolar distintos territorios del centro sur de Chile. En el Biobío, siniestros se han registrado en distintas comunas, por ejemplo, las pertenecientes al Gran Concepción, entre ellas, San Pedro de la Paz, Hualpén y Chiguayante, donde el avance de las llamas ha llegado a amenazar una vez más al Parque Nacional Nonguén.

Actualmente, la situación en Nonguén es de riesgo total. Una vez más, las plantaciones forestales ponen en peligro al recientemente re categorizado Parque Nacional Nonguén (2021), producto de los incendios forestales en Chiguayante y Hualqui, comunas actualmente bajo alerta roja.

Hasta este mediodía, los recursos por parte de CONAF que intentan contener el incendio forestal, que principalmente ha incendiado hectáreas de monocultivos de pinos en predios de Arauco, son: 3 técnicos, 12 brigadas, 1 camión aljibe, 5 aviones cisterna y 4 helicópteros. Por su parte, Forestal Arauco está destinando 7 técnicos, 12 brigadas, 3 aviones cisterna, 3 helicópteros y aeronave de coordinación. Además de avión cisterna pesado C-130 que prepara comienzo de operaciones.

Lo ocurrido en enero de 2020, en la entonces Reserva Nacional Nonguén, donde incendios forestales consumieron más de 130 de sus hectáreas, es un recordatorio que pareciera no surtir efecto en empresas forestales como Arauco o en las mismas autoridades del Estado, que no regulan la expansión de estas industrias extractivistas en los territorios, que llegan incluso a cercanías de áreas protegidas.

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Las 3 mil hectáreas aproximadas del Parque Nacional Nonguén albergan bosques de distintas especies nativas y de fauna silvestre. Entre las especies que coexisten al interior del área protegida, hoy amenazada por los incendios forestales, son el pudú, el zorro, el monito del monto y anfibios como la ranita de Darwin. Por otra parte, entre la avifauna que habita el parque se encuentran la lechuza blanca, el chucao, el rayadito, chuncho, entre otros.

Pese a la riqueza de esta área protegida, su conservación, año tras año, padece la amenaza de un incendio forestal, debido a las enormes extensiones de monocultivo de pino y eucalipto que, cuál combustible, aceleran la expansión de los siniestros, debido a sus características inflamables y a la uniformidad de sus plantaciones.

Por este motivo, además de avanzar en políticas públicas en pos de la recuperación de los suelos y del agua en territorios invadidos por el negocio forestal, la reforestación con bosque nativo de los terrenos aledaños a las áreas protegidas se hace trascendental.

Lo anterior, debido a las condiciones naturales que generan los bosques nativos y sus suelos, para la contención de posibles siniestros, entre otros, debido a su humedad.

Por todos estos antecedentes es que, el personal de gurdaparques están delimitando y vigilando las áreas que implican un riesgo y que colindan con predios de Forestal Arauco, los que de ser alcanzados por el incendio que mantiene en alerta roja a Chiguayante y Hualqui, podrían funcionar como agentes combustibles de una tragedia como la de enero de 2020.

¿Y la falta de recursos?

Hace solo semanas, los funcionarios de CONAF protagonizaron un paro nacional que exigía un aumento presupuestario de cara al 2023, entre otros, para implementarse de mejor manera en materia del manejo de incendios forestales.

Pese a la movilización y a las demandas de mejoras salariales e inversión profunda en el servicio, las respuestas se remitieron a compromisos cortoplacistas en materia de sueldos e infraestructura, además de una mesa de trabajo para el primer semestre del próximo año. Pero los incendios son ahora.

El no contar con recursos adecuados al interior de organismos como CONAF, ni de mayor regulación estatal a la industria forestal y su relación con las áreas protegidas, solo intensifican las posibilidades de que un incendio forestal de características similares a las de 2020 afecte nuevamente a Nonguén.

El Parque Nacional Nonguén, importantísima reserva de la biodiversidad en el Biobío, está bajo amenaza, según lo ratificó la Central Nacional de Coordinación de Incendios Forestales.

La única forma de que este tipo de riesgos cesen para esta área protegida, expuesta año a año a debacles forestes como lo son los incendios, es que el Estado, definitivamente, endurezca la regulación de la industria maderera en cercanías de zonas de protección, exigiendo la reforestación con especies nativas a sus predios colindantes, por ejemplo, con el Parque Nacional Nonguén. 

Desde CODEFF, Luciano Pérez, su presidente, enfatiza en que, «debemos reflexionar sobre la existencia de plantaciones forestales que rodean áreas protegidas, pues son una carga de combustible que pone en serio riego a nuestros parques. Esperemos que el fuego no avance más hacia el Parque, pero esto debe para ya, no podemos seguir arriesgándonos con tanto combustible cerca. Esperemos que, tanto forestales como pequeños propietarios, aceleren el reemplazo de especie exóticas por vegetación nativa, que genere un cordón nativo de protección ante posibles incendios forestales, y que, además, sirva de corredor biológico para la fauna que habita en el Parque Nacional Nonguén».

Fotografía principal: Sabes.cl /Fotografía: Nicolás Quitral R

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