A continuación, reproducimos una columna de nuestro director, Carlos Bonifetti, publicada inicialmente en La Ventana Ciudadana, sobre la iniciativa de fabricación de Hidrógeno Verde en Magallanes, como opción de energía renovable, cargada de mucho marketing verde, pero poco entendimiento sobre su impacto en el medio ambiente, debido a su producción, transporte, entre otros. El Hidrógeno Verde hay que fabricarlo, no existe un yacimiento de este en ningún lugar del mundo, y las formas para completar este proceso implican la utilización de energías a través de parques eólicos, biomasa y biogás, hidráulica, etc.
“El hidrógeno verde es una alternativa real para una transición energética que nos lleve a un futuro más sustentable. Se trata de un combustible que, tanto en su producción como en su combustión, puede llegar a tener bajísimas emisiones, generando ventajas ambientales, pero también sociales y económicas, al crear empleos y adquisición de conocimientos y tecnología”.
Gabriel Borić Font
Presidente de la República
Al Hidrógeno Verde (que ya sabemos que de verde poco o nada tiene) se le viene haciendo una enorme y orquestada propaganda, a nivel internacional y nacional, con informaciones que, sin ser falsas, con el lenguaje subliminal empleado mueven a engaño al presentarlo como la solución energética para resolver la crisis energética mundial en que estamos hoy y para descarbonizar la matriz energética mundial y nacional y alcanzar la tan deseada carbono neutralidad. Nada más alejado de la realidad que ello, como ya se ha explicado en numerosas artículos publicados que están en Internet y en columnas de opinión en este semanario, como las del químico-físico italiano Ugo Bardi [1] [2], quien ha entregado sus fundamentadas opiniones desde la ciencia a través de sus blogs “The Seneca Effect”, “The Proud Holobionts” y “The Cassandra’s Legacy”, así como también en el blog “The Sunflower Society”. En España, la más versada autoridad científica -en materia de energía, en general y de hidrógeno, en particular-, es el físico Antonio Turiel quien entrega permanentemente amplias y actualizadas notas científicas sobre estas materias en su blog “The Oil Crush”, escrito en español,como por ejemplo su columna titulada “Asalto al tren del hidrógeno” [3], en la que concluye: “El hidrógeno verde no es solo un grandísimo error, porque supone un malgasto energético enorme, sino que, en el contexto de la crisis energética que se nos viene encima con el declive del petróleo, probablemente oculta una voluntad infame de apropiación por parte de los países ricos de las fuentes de energía que les quedan a los pobres. Pero quienes diseñan estos planes no se dan cuenta de que ni el potencial renovable de un gran continente como es África basta para satisfacer el actual derroche energético europeo. Todo apunta a que la cosa saldrá mal, a que esta aventura será un peligroso fracaso, así que más valdría comenzar a hacer planteamientos más pragmáticos (y honrados) para los tiempos que vienen” [4].
Turiel explica, con fundamento y claridad, qué está pasando en el mundo luego de haberse alcanzado el “peak oil” en 2015 y el comienzo de la declinación de la producción de petróleo y sus derivados en 2018, fundamentalmente de Diésel que está ya escaseando irreversiblemente en todo el mundo y que está llevando a pensar en el hidrógeno como la única opción que va quedando, con todos los problemas y dificultades que tiene. Dejemos con la palabra a Antonio Turiel, quien nos lo explica todo en esta entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=N2DFA-EX91A
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Le ha tocado a la Región de Magallanes sufrir, a mi juicio, la desgracia de haber sido elegida desde Europa, su CE y la venia del nivel central del país, como territorio de colonización energética para fabricar hidrógeno, que sería apto para instalar generadores eólicos por lo ventoso que es y porque la mayor parte de la región está “despoblada” (“o son puros peladeros”). Eso dicen y eso creen. Son los argumentos principales emanados de personas que poco saben de energía y de cambio climático y de lo ineficiente que es producir hidrógeno; que, además, no conocen Magallanes ni les importan las externalidades, como lo hemos visto durante estos días con las intervenciones de personeros de gobierno en su visita a Punta Arenas con ocasión de la primera producción de E-combustible en la planta demostrativa de HIF en Cabo Negro, profusamente mostrado en la prensa local. Despoblada, o poco poblada de humanos, sí, por supuesto, pero lo que es de fauna silvestre, de animales de toda clase y de aves endémicas y migratorias está de ninguna manera despoblada, sino muy poblada.
Lo más grave de todo, detrás de esa inauguración en Cabo Negro, es que no se han hecho estudios previos de factibilidad técnica y económica y los análisis de los pro y los contra, ni mucho menos, una línea base general de las condiciones ambientales y de la ecología regional para saber qué pasaría si se repletan las estepas patagónicas de parques eólicos, como a mediano plazo se pretende. Tampoco se ha consultado previamente su opinión a la comunidad magallánica.
Analicemos primero la cuestión del viento. Dicen desde Santiago, así al bulto, que en Magallanes “hay mucho viento”, pero lo que no indican es cómo es ese viento y cómo se comporta a lo largo de las cuatro estaciones del año. Vamos a ver. En primer lugar, el viento es muy variable, entre estaciones y también dentro de las 24 horas del día. En general, el viento es más fuerte durante la primavera y el verano, con más períodos de calma en invierno. Las rachas máximas muchas veces superan los 60 km/h y llega hasta los 120 km/h o más aún [5]. Para las turbinas eólicas los vientos óptimos son los que soplan con constancia y con velocidades entre 10 y 14 m/s ( 36 y 43 km/h, respectivamente). Vemos así, a priori, que los vientos magallánicos pueden resultar no tan buenos para los generadores eólicos.
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En su primera cuenta pública, y como parte de los anuncios en materia energética, el Presidente Gabriel Boric señaló que “el hidrógeno verde es una alternativa real para una transición energética que nos lleve a un futuro más sustentable. Se trata de un combustible que, tanto en su producción como en su combustión, puede llegar a tener bajísimas emisiones, generando ventajas ambientales, pero también sociales y económicas, al crear empleos y adquisición de conocimientos y tecnología”. En esa declaración simplona (y no del todo correcta porque el hidrógeno no es un combustible) planteó esas “ventajas del hidrógeno” con dudoso fundamento -como conejo sacado de un sombrero-, lo que mueve a escasa credibilidad. Todo ello, en el marco de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, desarrollada por el Ministerio de Energía con estudios realizados a partir del anterior gobierno de Sebastián Piñera, aseverándose que el potencial eólico en la Región de Magallanes y Antártica Chilena, alcanzaría los 126 GW, vale decir ¡4 veces la actual potencia instalada en todo Chile!, que es de32 GW, y estimándose que podría producir el 13% del hidrógeno verde del mundo con energía eólica.
Todo esto ha provocado una verdadera fiebre en Magallanes, y la aparición en la Patagonia de un importante lote de ansiosos ejecutivos de empresas, consultores, husmeadores, etc., mientras en Punta Arenas los magallánicos observaban estos poco menos que improvisados trajines, sin entender ni el alcance ni los beneficios, por recibir al “combustible del futuro del mundo”.
“En lo que nadie parece haber reparado es que, para desarrollar ese potencial de 126 GW eólicos al servicio del hidrógeno verde, se requerirían al menos 13.000 km² de aerogeneradores instalados y que, hasta la fecha, nadie le ha preguntado a la comunidad magallánica si está de acuerdo con hacer este tipo de sacrificios en pos de satisfacer las necesidades energéticas del norte global”, se expresó en una publicación de El Desconcierto [5], que también incluyó la “CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CHILE – Hidrógeno verde en Magallanes”, firmada por numerosas instituciones, científicos y profesionales de la región y del país. Estas interrogantes se mantienen con plena vigencia pues lo solicitado en la carta aún no tiene respuesta del presidente Gabriel Borić.
Es urgente entonces tener esa respuesta y entregar a la comunidad, de modo serio y transparente toda la verdad sobre este hidrógeno verde, dejando de lado ese engañoso lenguaje propagandístico y generar inmediatamente una amplia participación ciudadana vinculante que incluya a todas las provincias de la región. Y si hay que hacer un plebiscito, pues que se haga.
Los aerogeneradores necesitan una velocidad mínima de viento de unos 3 a 4 m/s para ponerse en funcionamiento, pero para velocidades superiores a 25 m/s dejan de funcionar por seguridad. Su rendimiento óptimo se da para velocidades de 13 a 14 m/s. |
Fuente de figura: El Desconcierto [5]
Referencias:
[1] https://laventanaciudadana.cl/que-es-lo-proximo-que-nos-golpeara-preparate-para-ello-porque-puede-ser-enorme/ [2]https://laventanaciudadana.cl/colin-campbell-1931-2022-un-homenaje-al-padre-del-concepto-de-peak-oil/ [3] https://crashoil.blogspot.com/2020/10/asalto-al-tren-del-hidrogeno.html [4]https://www.lacasademitia.es/articulo/economia/antonio-turiel-the-oil-crash-mientras-tanto/20201102070011106057.html [5] https://www.eldesconcierto.cl/bienes-comunes/2022/07/09/hidrogeno-verde-solicitan-al-presidente-boric-considerar-costos-socioambientales-para-mag.html [6] https://www.youtube.com/watch?v=BqAGtMZK8n4 [7]https://www.google.com/search?q=el+viento+en+magallanes&oq=el+viento+en+magallanes&aqs=chrome..69i57j33i160l2.7087j1j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8#fpstate=ive&vld=cid:2d4c70ee,vid:obuMRdeU830