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“Energía eólica sí, pero no así”. Esta simple frase lanzada por el aclamado director de cine español Rodrigo Sorogoyen en medio de su discurso de agradecimiento al premio recibido en los Goya, se transformó en viral grito de defensa contra las eólicas que se ha desparramado a lo largo y ancho de España. Así, don Rodrigo hizo su estreno en sociedad, a su modo, en el activismo ciudadano positivo en defensa de la sostenibilidad y la reverencia por la vida simple y buena. 

Por Carlos Bonifetti, director de CODEFF

“Energía eólica sí, pero no así” es la frase que se ya se desparramó por toda España desde aquel 11 de febrero de este año y que tiene directa relación con el desorden y ansiedad que ha provocado entre los “inversionistas” transnacionales y gobiernos la nueva veta de explotación de bienes naturales comunes, que es la transición energética vía las energías llamadas renovables [1], en busca de la inalcanzable -física y financieramente- ‘carbono neutralidad’, con meta en 2050 simplemente porque a alguien por ahí se le ocurrió ese año y sin mayor análisis se adoptó mundialmente. ¡Por qué no 2047, 2053 o cualquier otro año!; pues porque así va las cosas hoy en el mundo y también en Chile, en que casi todo se está manejando con innumerables frases cliché sin sentido y completamente ajenas a la realidad, que se repiten todos los días en los medios de desinformación hasta agotarnos.

A partir de la ya famosa frase, los negacionistas –hoy transformados en negocionistas en España y otros países- han aprovechado de lanzar una contra campaña con argumentaciones falaces para denostar a quienes la han hecho suya e intentar aplastar cualquier debate, como podrán comprobar en la columna de referencia del periodista español Juan Bordera, de la que extraje la foto y el tema.  

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Este colonialismo energético que está sufriendo España tiene su origen en la declinación irreversible de las fuentes de combustibles de origen fósil que ha comenzado con el petróleo (“peak oil”) y seguirá con los otros, gas natural y carbón que ha llevado a los países del Norte a creer a pie juntillas, sin análisis racionales, que serán reemplazados por el maná del hidrógeno “verde” [2]. Y este hidrógeno será verde, dicen, porque para fabricarlo se utilizarán energías renovables y el producto de la combustión en sus usos finales será inocuo: solamente agua.

Vamos ahora a lo nuestro. En Chile está pasando prácticamente lo mismo que en España. Tal como allá, los parques eólicos y las granjas solares fotovoltaicas se están instalando en diversas regiones sin estudios serios de impacto ambiental, solo con livianas declaraciones de impacto ambiental “trozando” dividiendo los proyectos grandes en sub proyectos para facilitar sus aprobaciones en el Servicio de Evaluación Ambiental. Además de ellos, sin preguntarle a nadie antes y menos a las comunidades que serán afectadas tanto en sus actividades tradicionales  como en su calidad de vida y deterioro de ecosistemas.  

En España ha habido intentos de abortar los necesarios debates, sobre todo los más necesarios; acá en Chile ni siquiera hay debates, sino que simplemente se imponen los proyectos desde los gobiernos y la institucionalidad, que actúan en la práctica, desvergonzadamente, como “lobistas” de los inversionistas extranjeros. Sin embargo, aunque con un retraso con respecto a los españoles, en Chile está comenzando la reacción defensiva desde las comunidades ante los abusos implacables desde el poder y las mafias del oligopolio y desde las instituciones y autoridades. La pequeña resistencia popular, que aparece cada vez con mayor frecuencia en distintos lugares del país, se está aglutinando alrededor de las juntas de vecinos y sus dirigentes, se preguntan por qué los atacan a ellos con esbirros y la fuerza policial en vez de hacerlo contra las empresas abusadoras como AES Chile filial de AES Corporation.

Es indispensable abrir en Chile, lo antes posible, un debate con equidad y amplia difusión, sobre lo que está sucediendo con esta proliferación desenfrenada e in crescendo de instalaciones de proyectos de energía renovables. Lo mismo vale para lo del hidrógeno verde. 

En España las organizaciones ciudadanas están pensando organizar una asamblea ciudadana por la energía. En Chile deberíamos intentar organizar una también para poder entrar en la discusión del futuro que se nos viene encima y que afectará a las generaciones que nos sucederán. Allá no hay consenso sobre cómo enfrentar la transición energética, acá tampoco lo hay. Por lo tanto, es el momento de discutirlo entre todos, el gobierno y el pueblo, dialogando con entereza y franqueza. Antes que sea demasiado tarde [3] la discusión sobre la peligrosa colonización energética que apunta a la exportación de energía [4] para favorecer a los países ricos.

Foto de cabecera:

Cientos de personas se han manifestado en Madrid, en marzo, contra los megaproyectos de renovables en las zonas rurales.

Fuente: CTXT

https://ctxt.es/es/20230301/Firmas/42264/transicion-energetica-renovables-rodrigo-sorogoyen-asamblea-ciudadana.htm

Referencias:

[1] https://laventanaciudadana.cl/energias-limpias-energias-verdes-hidrogeno-verde/

[2] https://laventanaciudadana.cl/las-verdades-sobre-el-hidrogeno-verde/

[3] https://laventanaciudadana.cl/por-que-no-podemos-cambiar-nada-antes-de-que-sea-demasiado-tarde/

[4] https://arainfo.org/quien-expolia-el-viento-la-tierra-y-los-insectos/

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