Con un llamado a recordar que la actual Política Energética Regional se sustenta en los procesos de movilización en contra de las represas de HidroAysén y Energía Austral, el director de CODEFF – Filial Aysén, Peter Hartmann, participó en el lanzamiento de la Hoja de Ruta Energética de la región. La actividad se desarrolló el 18 de julio, con la participación de la subsecretaria de Energía, Jimena Jara.
“Hay que recordar que la Agenda de Energía, que es la que llevó a todo esto, en buena medida salió desde la ciudadanía, en la campaña Patagonia sin Represas cuando el Consejo de Defensa de la Patagonia empezó a mostrar que se podía hacer una política energética diferente y no entre las cuatro paredes que se estaba haciendo durante décadas”, explicó Hartmann. La idea apunta a lo hecho hasta ahora no puede ser entendido como un “regalo” del gobierno sino más bien un triunfo ciudadano.
Sobre el proceso, el dirigente agregó que “el principal disenso era cuando veíamos en la región que se nos estaba tratando de llevar a una política que no era para solucionar los problemas de la región, sino más bien para solucionar los problemas del país, lo cual es bastante diferente”. En este sentido, puntualizó que el riesgo latente ha sido que se impongan miradas externas, por lo cual el esfuerzo ha estado en satisfacer la necesidades regionales, “no tratando de convertirnos en zona de sacrificio, ni llevándonos a región despensa de energía del país, eso estuvo marcando buena parte de nuestro trabajo”.
El punto de inflexión se produjo cuando en 2016 la licitación del Ministerio de Energía demostró que “la energía de Aysén no era necesaria para Chile, que la solución estaba en otro lado”.
Sobre el mismo punto, la presidenta de la Corporación Costa Carrera, Miriam Chible Contreras, explicó que es por cierto fundamental que la región se ponga de acuerdo para avanzar en materia de desarrollo. “Pero además el planeta nos está dando una tremenda señal de que no podemos seguir con energías fósiles, tenemos que avanzar, tenemos que hacer un desarrollo de ERNC, que no es un invento, ya que hay cambio climático, con una matriz diversificada, autonomía, que las comunidades puedan desarrollar su propia energía. El planeta va para allá” expresó.
Los aportes de la sociedad civil en este ámbito se sustentaron en cuestionar el modelo intensivo en el uso de electricidad, al tiempo que relevaron fundamentalmente la eficiencia y el ahorro energético como uno de los puntales de la política. Asimismo, la autogeneración como un medio para desmercantilizar la matriz y un tercer elemento basado en las energías renovables no convencionales.
Apuntaron también que la discusión no podía ser solo sobre electricidad sino en forma relevante sobre energía, que representan el principal consumo regional en términos de transporte con combustibles fósiles y calefacción con leña.
Con respecto al trabajo hasta ahora, aún se mantienen varios disensos no zanjados, relacionados con la discusión sobre avanzar o no en interconexión extrarregional, la escala de los proyectos, el énfasis fundamentalmente hidroeléctrico que impulsa el gobierno y la necesidad de que la política, expresamente, incluya el respeto a los derechos humanos con preeminencia del acceso humano al agua, que es lo que plantean los dirigentes socioambientales y que algunos actores de la Comisión Regional de Desarrollo Energético se resisten a reconocer, principalmente dado que desde el gobierno se ideó un mecanismo para que participaran representantes de HidroAysén y Energía Austral en dicho espacio.