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En el mundo existen pocos programas que se enfoquen en la protección de sitios que alberguen a aves en peligro, por eso BirdLife creó el programa IBA (Important Bird Areas), que busca conservar este tipo de lugares.

En esta oportunidad entrevistamos a Daniel Imbermón, Ingeniero Agrícola y Ornitólogo del Área de Biodiversidad de CODEFF Maule. Conversamos sobre el programa IBA y como se ha ido desarrollando en nuestro país.

¿Qué son las IBA?

Bueno, es el acrónimo de important Bird Areas, y hay países en Latinoamérica donde se tradujo por AICAs, Áreas Importantes para la Conservación de las Aves, incluso en inglés se ha ido cambiando a Important Bird and Biodiversity Areas, se ha ido ampliando el espectro, y busca identificar, proteger y monitorear las distintas zonas que sean beneficiosas para el hábitat de las aves y otro tipo de biodiversidad a nivel global. En Chile el proyecto es encabezado por CODEFF, miembro afiliado de BirdLife International.

Qué criterio utilizan para que un sitio ingrese al programa?

Justo ahora es un momento difícil para contestarte, pero esto surge en los años 80 en Inglaterra, después se fueron sumando los países de la Unión Europea, la idea era hacer una metodología estandarizada, cada país podía confirmar en Birdlife sus sitios IBAs, entonces se aplicaron los criterios basados en que existiera la presencia de especies que estén globalmente amenazadas, que sean de un área de distribución muy pequeña o que en el sitio haya un porcentaje muy importante de la población global de esa especie. Pero estos últimos años han ido evolucionando esos criterios, ahora se busca más que cada lugar tenga al menos el 1% de la población mundial de una determinada especie de ave, en función de que sea consagratoria, endémica o en estado de conservación a nivel nacional o internacional ahí se elige el criterio, pero en general se busca que exista una población importante de una determinada especie de ave.

Cada vez que se interviene un lugar es importante contar con la participación de las personas que viven allí, por eso, ¿Qué rol cumplen las comunidades dentro del programa?

La idea es que los aportes para confirmar los datos del sitio sean de alguien que conozca el lugar, lo ideal sería tener un ornitólogo o una organización tipo social o ambientalista, conservacionista en cada sitio, no solo para aportar información al momento de proponer el sitio, si no para darle, seguimiento, monitoreo y trabajar en la conservación del lugar, igual se vemos el mapa de Chile en Aysén y Magallanes del punto de vista de las aves son lugares de colonias de especies marinas amenazadas, pero hay muy poca densidad de población y menos aún que sean ornitólogos o conservacionista con cierta experiencia en el tema, idealmente debería haber un experto o grupo local en cada sitio IBAs, pero ahora que estoy actualizando sitios, en Magallanes son islas o islotes y seguramente hay una casa a 200 metros del sitio, pero idealmente cuanto más cercano halla un experto local mejo”.

¿Por qué se eligió nuestro país para ejecutar este programa?

Este plan está en 120 países y empezó con los de la Unión Europea, muchos sitios se confirmaron en los años 80 y 90, por ejemplo, en Argentina le dicen AICAs, ellos tienen una red de 300 AICAs, en Chile hay 176, en el mundo hay más de 13.000 IBAs. La idea es que la mayor parte de especies en el mundo estén integradas en algunos de los sitios IBAs.

¿Qué métodos usaron para implementar este programa?

Cuando se confirmaron la mayoría de los sitios en Chile, se hicieron por talleres macro zonales y contaron con la participación del Ministerio del Medio Ambiente, SAG, CONAF y universidades que están trabajando en temas vinculados a las ciencias naturales, la conservación, la ecología y ornitología. Se propuso una lista de sitios y se analizó cada uno para ver si cumplían con el criterio científico y ver si daban con el nivel, porque un sitio puede ser muy importante, pero si no hay datos que los respalden, no se puede demostrar, debe existir una mínima calidad de datos e información. Para las organizaciones que quieran incorporar un sitio a IBAs, existe un formulario donde se llenan los campos y se adjunta la información científica para que sea evaluada por expertos.

¿Cuál es la importancia de la ornitología?

Monitoreando una especie sabemos lo que les está pasando a los demás, cuando en un lugar había cientos de Cisnes de Cuello Negro y de un día para otra no hay ninguno, algo esta pasando, quizás hay episodios de contaminación o algo ha cambiado en el sitio; por ejemplo, en el cambio climático, las primeras voces de alarmas fueron las aves migratorias, que hace siglos llegaban a un lugar y estaban ahí durante un tiempo y después al pasar los años eso comienza a cambiar, es una alerta. Más que ornitólogos somos observadores de aves que nos permite sacar conclusiones más fácilmente.

¿Cómo ha sido trabajar en el contexto de la pandemia?

Para mi trabajo como Coordinador quizás no ha habido muchos cambios ya que principalmente me dedico a conseguir, analizar y usar datos que me llegan a través del trabajo de los estudiantes en prácticas, plataformas online o informes que me llegan. En otro contexto seguramente se habría podido organizar alguna visita a terreno que ahora mismo parecen poco probables. Lo que no quita que cuando se pueda “salir libremente” no vaya a hacer todo lo posible para ir a visitar IBAs en la medida de lo posible.

¿En que están trabajando actualmente en las IBAs?

Se está trabajando en el proceso de actualización de la información de cada sitio que  se puede dividir en tres aristas principales para cada uno; polígono, condiciones del sitio (estado, presiones y acciones) y poblaciones de aves. Estoy tratando de contar con la opinión y datos de expertos locales, sean personas u organizaciones, para cada sitio, en muchos casos eso no ha sido posible hasta ahora así que la metodología que se ha venido usando es contar con alumnos en prácticas de la carrera de geografía que realizan la revisión de los polígonos y realizan un monitoreo del sitio por percepción remota (usando imágenes satelitales y cualquier información o recurso de internet para conocer el estado de conservación del sitio así como las presiones y amenazas. Cada estudiante se ha centrado en las IBAs de una región de Chile. También, se está trabajando con un equipo de la ROC, organización con la que se ha firmado un acuerdo de colaboración, para desarrollar una herramienta que permita obtener datos de eBird que sean utilidad para las IBA y de forma más fácil y rápida que como se venía haciendo hasta ahora, que era con muchas horas de navegación en eBird por mi parte buscando los datos que podían ser utilizables. Además, se esta buscando potenciar el programa IBA en las regiones de Aysén y Magallanes, donde hay muchos sitios IBA pero muchos son remotos y difíciles de visitar, y a través de reuniones, talleres y búsqueda de expertos poder actualizar la información de las IBAs actuales y ver otros sitios potenciales. Actualmente se le está buscando financiamiento a este proyecto que tiene el visto bueno de BirdLife”.

El programa continúa trabajando en la incorporación de sitios importantes para el hábitat de las aves silvestres de nuestro país.

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