En COLUMNAS

Como recordaremos, CODEFF, en sus inicios, apoyó la campaña para defender la Palmas chilenas de Viña del Mar. En ese contexto, nuestra socia y exdirectora, Carolina Jiménez, escribe este texto de reflexiones en torno al devastador incendio forestal que está sufriendo dicha comuna, en la región de Valparaíso.

Ardía el Palmar Kan Kan, vimos en televisión cómo se quemaban y la sensación de impotencia crecía entre quienes aman esta especie.

Pero no solo se trata del aprecio a nuestra Palma chilena. Se trata de la escasez de individuos y colecciones vivas de esta especie. Por lo tanto, es de urgencia preservar las últimas que nos quedan.

Por esto, cuando se construye una carretera o se interviene en zonas donde hay presencia de Palmas, estas deben relocalizarse manteniendo exactamente la posición que adoptaron durante su desarrollo, para, de ese modo, asegurar que al reubicarlas sobrevivan.

Pese a esto, todas estas precauciones son insuficientes. Aunque lo óptimo será no intervenir, para nada, el hábitat de la Palma. No basta con resguardar el Palmar de Ocoa o las medidas de protección del Parque Nacional La Campana.

También puedes revisar: Las forestales, el Parque Nacional Nonguén y la necesidad del retiro de los monocultivos en cercanías de áreas protegidas

Debemos crear conciencia acerca del carácter único de nuestra Jubaea Chilensis, y transmitir a las nuevas generaciones lo relevante que es, por la historia filogenética y por desarrollarse como especie endémica en el continente.

Su lento crecimiento implica que un incendio es devastador en cuanto a las posibilidades de gestionar comunidades concretas. Deben ser evitados a toda costa, y si ocurren, debería implicar sanciones severas.

Son nuestras joyas vegetales, las ancianas sabias. Conviene recordar cómo en la marcha de los Ents, en El Señor de Los Anillos, Las Dos Torres, Peter Jackson nos sugiere imágenes de redención. Las plantas luchan por la luz, y hacen frente a su devastación creada por los seres oscuros.

Necesitamos que se impulse una Ley de Incendios que evite la impunidad, y que castigue severamente a los pirómanos. Ya es suficiente. Además, requerimos frenar la especulación inmobiliaria y, sobre todo, disposiciones legales que impidan que se realicen obras -de cualquier tipo- en zonas siniestradas. Así, podríamos avanzar poniendo freno a los incendios estivales, tan frecuentes y en ocasiones, provocados.

Foto principal: Soy Valparaíso

Entradas Recientes