¿Qué conmemoramos? Una fecha para concientizar al mundo sobre la importancia de estas reservas de agua dulce en el mundo y cómo debemos protegerlas. La efeméride existe desde 1971, fecha en que la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, llamada la Convención de Ramsar, la instauró. Dicha Convención es un tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos.
Los humedales, su biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
En los últimos 50 años, los seres humanos han transformado los ecosistemas más rápido y extensamente que en ningún otro período de tiempo comparable de la historia humana, en gran parte, para resolver rápidamente las demandas crecientes de alimento, agua dulce, madera, fibra y combustible. Esto ha generado una pérdida considerable y en gran medida irreversible de la diversidad de la vida sobre la Tierra.
Se estima que los humedales, incluyendo lagos, ríos, marismas y extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no excede los seis metros) cubren más de 1.200 millones de hectáreas, un área 33% más grande que los Estados Unidos y 50% más grande que Brasil (1). Chile cuenta con una superficie total aproximada de 1.604.400 hectáreas (2), estimación que no considera algunos tipos de humedales como mallines, turberas, y en general humedales boscosos.
La degradación y desaparición de humedales es más rápida que la experimentada por otros ecosistemas. De igual manera, el estado de las especies de humedales costeros y de agua dulce presenta un deterioro más rápido que el de aquellas presentes en otros ecosistemas.
Los ecosistemas de humedales, incluyendo ríos, lagos, marismas, salinas y zonas costeras, proveen muchos servicios que contribuyen al bienestar humano y a la mitigación de la pobreza (véase gráfica). Algunos conjuntos de personas, particularmente aquellos que viven en las cercanías de los humedales, son muy dependientes de estos servicios y se ven directamente afectados cuando son degradados.
Los humedales continentales y costeros influyen en forma significativa en la naturaleza del ciclo hidrológico y, por lo tanto, en el abastecimiento de agua para consumo y otros variados usos, tales como riego, energía y transporte. Los cambios en la hidrología afectan directamente a los humedales.
Los cambios en el uso de los suelos constituyen el principal generador directo de pérdida y degradación de humedales costeros. Otros generadores de cambio directos que afectan a los humedales costeros son el desvío de los caudales de agua dulce, la carga de nutrientes o materia orgánica, la invasión de especies exóticas vegetales o animales. El aumento de la población en zonas costeras y el creciente desarrollo de la economía han sido los principales generadores indirectos de cambio.
Si estas actividades no se desarrollan en el marco del uso sustentable, perderemos paulatinamente estos ecosistemas, los servicios ecosistémicos que aportan a la humanidad, convirtiéndonos en un país menos diverso.