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Sin duda la bajada de cortina de Enel y Colbún a HidroAysén fue la noticia de la semana pasada, justo en vísperas de las elecciones. Si bien ya había anuncios extraoficiales del cierre del famoso megaproyecto, ahora, al fin, este se hizo oficial con una comunicación a la Superintendencia de Valores y Seguros en la cual además dicen que renuncian a los derechos de aprovechamiento de aguas. Según las versiones extraoficiales previas, la asamblea de accionistas para bajar esa empresa sería a final del mes, eso tras las elecciones, lo que ponía algún grado de incertidumbre.

De hecho, había un candidato presidencial pretendiendo resucitar el proyecto y al menos otro no muy fiable al respecto. Y  tal vez por eso se adelantó la decisión a un día en que evidentemente las elecciones iban a quitarle protagonismo a esa tremenda noticia. ¿Qué habría pasado en la segunda vuelta con el fantasma de HidroAysén instalado ahí?

Así ocurre que en agosto y noviembre de este año se cierran, sin más, Energía Austral e HidroAysén y con ellos toda una era de nefastos megaproyectos de represa –embalse de alto impacto ambiental y social, parte del modelo del  extractivismo, perjudiciales y bloqueadores de otras iniciativas de desarrollo.

Mientras jamás se cumplieron los terroríficos anuncios de “HidroAysén o el apagón” y “represas o nucleares”  y mientras el Ministerio de Energía aún estaba propiciando las “renovables” que solapadamente incluyen las hidroeléctricas de represa –embalse,  las energías renovables no convencionales se han tomado el nuevo paradigma energético nacional, haciendo inviables esos megaproyectos y rompiendo el tripolio eléctrico de Endesa, ahora Enel, AES Gener y Colbún. Si se le hubiese dado pase a HidroAysén eso no habría podido ocurrir y el país y Aisén habrían tenido que pagar los costos.

Vale recordar, que mientras los ministros de Energía y los “expertos” (consultores del oligopolio) insistían en que necesitaban esa energía de HidroAysén y Energía Austral, fue el Consejo de Defensa de la Patagonia con el visionario aporte de NRDC el que demostró con sendos estudios, esos que los ministros aquellos  “olvidaron” encargar, que había alternativas en la eficiencia y en las renovables no convencionales, ERNC. De hecho ya ahí se demostró que HidroAysén era innecesario. Es más, hasta hubo que demostrarles que el mito ese de que las ERNC eran más caras era falso. La realidad de este último tiempo  lo ha estado confirmando y desde el rechazo a HidroAysén han entrado 3500 MW nuevos al sistema y el precio de la tarifa en Aisén y el Alto Biobío (la más alta de Chile) han bajado sustancialmente (cerca de 25% en la región ¡y eso sin la famosa energía barata!). ¡Y se puede bajar aún más!

Por lo demás, el anteproyecto de la política energética regional también parte del supuesto y escenarios de la existencia y posibilidad de los megaproyectos y la necesidad nacional de tener que recurrir a esa energía “continua”, supuesto superado con las propias licitaciones eléctricas del gobierno. Por algo HidroAysén y Energía Austral tiraron la toalla, no precisamente por ser altruistas.

Gracias a la campaña Patagonia sin Represas  también hoy hay mayor atención y cambios sobre y en el tema de los derechos de agua, sobre lo inequitativo que eran las tarifas eléctricas y son aun las de combustibles, sobre la injusticia y brutalidad de las zonas de sacrificio, sobre la necesidad de modificar la ley de medio ambiente y seguramente otras más.

La lucha ciudadana contra las represas también fue el inicio de un profundo cambio político en el país, aparte de la demostración de que la ciudadanía tiene un tremendo poder cuando se organiza y cuenta con propuestas. Y de que sí puede incidir en las decisiones políticas que se daban por cortadas. Vale recordar que con las mega-marchas del mayo 2011 comenzaron las movilizaciones también de los estudiantes que se percataron de su poder en las calles.

Seguro, debe haber aún más cambios profundos a causa de esta lucha épica. Aunque está claro el cambio más profundo aún debe venir en lo cultural, en lo estructural, en el sistema. Cuando eso ocurra otro gallo cantará. Es cosa de ver como síntoma de que aún hay harto camino por recorrer, que mientras los luchadores quedamos bastante moreteados y seguimos ratoneando algún proyectito para financiarnos, algunos de nuestros corruptos adversarios represeros siguen flotando en súper puestos con súper sueldos, en la Teletón, en el Metro, en el BancoEstado y hasta logran ser elegidos al Parlamento.

Peter Hartmann, director Filial CODEFF-Aisén

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