En AMBIENTALES

El balance de la biodiversidad de la Tierra nos muestra que la masa total de humanos sobre la Tierra es de 390 millones de toneladas, la de animales domesticados es de 630 millones de toneladas, la de animales salvajes terrestres de 20 millones y la de fauna salvaje marina de 40 millones de toneladas.                                                   

Por Carlos Bonifetti

TOTAL: 1.080 millones de toneladas

Llevado a porcentajes tenemos: 1. Animales salvajes terrestres: 2%; 2. Animales salvajes marinos: 4%; Animales domesticados: 58%; Humanos: 36%

Figura de cabecera: La distribución global de la biomasa de la clase de mamíferos, representada por un diagrama de Voronoi. El área de cada celda es proporcional al aporte de biomasa de cada grupo. La distribución global de los mamíferos está dominada por los humanos y los mamíferos domesticados.

Figura central: Vista ampliada de la biomasa de mamíferos salvajes terrestres (izquierda, agrupados por orden) y marinos (derecha, agrupados por familia o pocas familias).

Malthus tenía razón cuando pronosticó el crecimiento exponencial de los humanos hasta límites insoportables para el equilibrio biótico en la Tierra [1]. Y no solamente biótico sino también climático, lo que está provocando desastres a nivel global que crecen en tamaño y en fuerzas destructivas, de nula reversibilidad, aunque muchos lo nieguen.

Los 8.000 millones de humanos que hay sobre el planeta son los responsables de estos desequilibrios que fueron in crescendo desde los comienzos de la Revolución Industrial, a mediados del s. XVII. Y los principales responsables son los países desarrollados.

Actualmente hay dos corrientes de pensamiento para intentar resolver las crisis climática y social. Una aboga por la resiliencia y adaptación de la humanidad para enfrentarlas y reducir sus efectos; esta corriente, a su vez, es proclive a confiar que las soluciones vendrán por el lado de la tecnología y el crecimiento ilimitado (porque niegan que este tenga límites); son los conocidos como tecno-idólatras y crecentistas. La otra piensa que las crisis se resolverán buscando las enseñanzas de la naturaleza, imitándola ´para aprender a vivir con menos bajo el lema “Menos es Más”. Esta es la que seguían los pueblos originarios -y que aún hoy la siguen- los pueblos llamados casi despectivamente “primitivos”, de la selva amazónica, de África y Asia; son los conocidos como decrecentistasque afirman que el crecimiento sí tiene límites y que esos límites están sobrepasados [2].

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¿Quiénes tienen la razón?, pronto lo sabremos.

Mientras tanto, todas las variables que condicionan los cambios que está sufriendo la Tierra, siguen su aumento paulatino e inexorable: la temperatura del aire, la temperatura del mar, la degradación de los glaciares, la disminución de las masas de hielo en el Ártico y en la Antártica, los incendios forestales, las lluvias torrenciales y las riadas, las inundaciones, la pérdida de biodiversidad, etcétera.

El experto inglés en energía y cambio climático, Kevin Anderson, nos ha indicado el desarrollo de las variables que influyen en los mencionados cambios causantes de las crisis y nos ha hecho sus fundamentadas advertencias. En un artículo publicado junto a Dan Carverley, en noviembre de 2020 [3], han dicho:

“En el contexto del presupuesto de carbono, una promesa política de poner fin a las ventas de vehículos de combustión interna dentro de diez años fracasa categóricamente en abordar la urgencia de la cuestión. 2030 es demasiado tarde, ya que todo el presupuesto de carbono previsto en París para el sector del automóvil se agota incluso antes de que las políticas entren en vigor”.

[…] “Si bien es absolutamente necesaria una señal clara del mercado para eliminar los automóviles de gasolina y diésel, el calendario y la ambición del plan actual están completamente en desacuerdo con la inmediatez de la emergencia climática.”

“Para tener una oportunidad justa de mantenerse por debajo de los 2°C, los países desarrollados, incluido el Reino Unido, deben implementar recortes inmediatos y profundos en las emisiones de todos los sectores. Es decir, recortes del 10 al 15% interanual y con efecto inmediato. Para reiterar… a partir de ahora. No dentro de diez años.”

No se está haciendo caso a ninguna de las recomendaciones hechas por los científicos. Los políticos y las grandes empresas, con anteojeras, siguen haciendo más de lo mismo. Entonces, y a raíz de lo expuesto, cabe hacernos un par de preguntas:

  1. A la luz de todos los antecedentes científicos disponibles ¿Aporta algo hacer leyes y más leyes como la de “Cambio Climático” y otras de similar tenor si al mismo tiempo seguimos manteniendo actividades y planes que van en directo aumento del calentamiento global y de la pérdida de biodiversidad?
  2. ¿Es adecuado el Plan Nacional de Hidrógeno Verde para resolver la crisis energética de los países desarrollados del Norte, que son los principales responsables de ella transformando a Chile en territorio de sacrificio?

FUENTE DE FIGURA:

https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2204892120

REFERENCIAS:

[1] https://laventanaciudadana.cl/cinco-de-las-mas-notables-predicciones-de-la-historia/

[2] https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5400783.pdf

[3] https://decarbon8.org.uk/the-solution-is-the-problem/

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