En AMBIENTALES

Se le ha llamado “marea roja”, pero los manifestantes chilotes se resisten  a aquella denominación. Desde hace días acusan que el mar está extraño, hediondo, de un color distinto, y que los efectos en la fauna marina han sido muchísimo más severos que los que se esperaría de un fenómeno de las características descritas.

El principal rumor esgrimido por los locales apuntaba a que se habrían arrojado salmones muertos, contaminados con químicos al mar.

Diversos expertos han indicado que el efecto de esto sería bastante limitado, y que no tendría que ver con el fenómeno que actualmente experimenta la isla grande de Chiloé y la región de Los Lagos.

De acuerdo a Radio Bío-Bío, un documento establece que la Armada ySernapesca autorizó a una serie de empresas pesqueras a lanzar al mar 9 mil toneladas de salmones descompuestos en alta mar.

Las empresas involucradas son Aqua Chile S.A., Aguas Claras S.A., Granja Marina, Tornagaleones y Trusal S.A.. A estas también se sumó Productos del Mar Ventisqueros y Australis Mar, en la jurisdicción marítima de Puerto Montt.

Pescados muertos

Sernapesca asegura que esta operación se hizo dentro de las normas correspondientes, y esto se gatilló por la mortalidad de salmones, por la afloración de microalgas nocivas como Chattonella sp. y Leptocylindrus.

La mortalidad de los salmones comenzó entre el 21 y el 27 de febrero, y desde el 22 de febrero la microalga Chattonella sp. afloró explosivamente. Esto afectó a 45 centros de cultivos. La mortalidad se retiró recién el 24 de marzo.

Más del 50%, según la autoridad, se destinó a plantas reductoras, más de un 30% a vertederos y fue cerca de un 13% las que fueron vertidas al mar.

Además, agregaron que la zona donde se realizó esta operación no presenta áreas marinas ni áreas silvestres protegidas y tampoco se desarrollan actividades de pesca extractiva.

La zona en cuestión estaría alejada de la costa. Fuera de la plataforma continental, a unas 80 millas náuticas al oeste del Faro Corona, y cuenta con una profundidad aproximada de 3 mil 600 metros.

El punto de vertimento se encuentra en el talud continental y muy cercano a la fosa, y las condiciones de profundidad de ese sector hacen que el material que se deposita caiga rápidamente hacia aguas más profundas. Este efecto físico disminuye la probabilidad de que aguas superficiales arrastren parte de esa materia orgánica hacia la costa.

Fuente El Dínamo

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