El Comité Nacional Pro Defensa de la Fauna y Flora, CODEFF Chile a la opinión pública
La grave situación que se vive hoy en día en Chiloé, es una de las peores catástrofes sociales y ambientales que registra la historia de nuestro país. Si bien el análisis profundo de las causas de esta catástrofe aún está pendiente, puede relacionarse con eventos como el fenómeno del niño y el cambio climático, al mismo tiempo que se reconocen sus causas profundas en el modelo de producción extractivista, el cual ha permitido el uso y abuso de nuestros recursos naturales, llevándolos al deterioro y agotamiento que evidenciamos hoy.
Los hechos que antecedieron a la crisis actual están registrados con antelación: la varazón de cientos de cetáceos en el sur de Chile durante el año 2015; la mortandad de millones de salmones en los centros de cultivo aledaños a Chiloé a comienzos del 2016, causado por lo que se ha denominado “Marea Roja” y que en concreto corresponde al fenómeno de “Florecimiento de algas Nocivas”, FAN y posteriormente la masiva varazón de jibias, bilvalvos y de sardinas muertas en las costas de Chiloé. Todos estos hechos se han atribuído a cambios físico-químicos de la columna del agua, productos de los fenómenos del Niño y del Cambio Climático.
Sin embargo, la autorización de parte de las autoridades de gobierno, del vertido al mar de más de 9.000 toneladas de salmones putrefactos y de la utilización de productos químicos para evitar los olores, ha venido según nuestro criterio a exacerbar el problema. La cantidad de materia orgánica disponible, posiblemente ha fomentado crecimiento masivo de las algas que causan las FAN. Cabe mencionar que los pescadores de Chiloé se opusieron al vertido de estos pescados muertos en las costas de Chiloé, pues sabían que podría afectar su fuente de trabajo y la rica biodiversidad de la zona, pero la autoridad indolente hizo oídos sordos a esta petición.
La comunidad nacional e internacional ha observado con horror como se ha instalado no sólo en la Región de Los Lagos, sino también en la Región de Aysén, una de las peores crisis sociales y ambientales de nuestro país.
Una vez más, tanto las autoridades de gobierno como los políticos no han estado a la altura e incluso han sido parcialmente responsables de esta catástrofe. Esto se refleja por una parte, en la autorización para que se utilicen los mares de Chile como el basurero de la industria del salmón, desconociendo las consecuencias que ésta y otras prácticas de la industria generarían sobre el medio ambiente y, por otra parte, sin entregar información certera ni soluciones reales, sino que información parcial, poco creíble y soluciones parches como los conocidos bonos de compensación.
A través de nuestra Filial en Aysén, CODEFF ha estado investigando y denunciado hace dos décadas a la industria del Salmón y sus desastrosas prácticas, tales como: el uso exagerado de antibióticos; el escape de millones de salmones; la contaminación de los cuerpos de agua con desechos de la industria, entre otras. Esta situación nos ha llevado a las siguientes acciones:
- Hace algunos meses se solicitó a la Contraloría General de la República su pronunciamiento oficial sobre a quién corresponde autorizar el emplazamiento de Centros de Cultivo de Salmón en Santuarios de la Naturaleza y Reservas Nacionales, debido a que tres de estos centros se encuentran en el Santuario de la Naturaleza de Quitralco y unos 10 se encuentran en la Reserva Nacional Las Guaitecas.
- A fines de abril del 2016 hemos presentado una Acción por Daño Ambiental a la I. Municipalidad de Aysén, por la detección de 33 centros que no cumplen con su Declaración de Impacto Ambiental, superando la carga de hasta diez veces lo autorizado, produciendo de esta manera fondos marinos anaeróbicos lo que hace desaparecer toda la biodiversidad de la zona.
- CODEFF también envió dos cartas a la Gobernación Marítima de Aysén insistiendo en la fiscalización de 43 centros de salmonicultura por estar ubicados fuera del lugar de concesión y por diversas infracciones.
Demandamos a las autoridades a aclarar todo lo que ha ocurrido y lo que sigue ocurriendo con la actividad de las salmoneras en Chile, exigimos plena transparencia en la información sobre la forma y el lugar en que se vertieron los salmones putrefactos al mar y sobre que sustancias químicas se utilizaron en el proceso. Solicitamos estudios independientes por profesionales no ligados a las salmoneras. Exigimos un trato digno a los pescadores y comunidades afectadas, dando soluciones reales que no solo pasen por un bono que es solo un saludo a la bandera, y que no entrega la solución a la crisis que se vive en Chiloé.
Por último, manifestamos nuestra solidaridad con los pescadores, sus familias, las comunidades que están siendo afectadas, y esperamos reciban una justa solución a sus legítimas demandas.