Los miembros sudamericanos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) reunidos en Ciudad del Este – Paraguay, con motivo del Foro Sudamericano de Conservación de la UICN, llevado a cabo entre el 12 y el 14 de agosto de 2019, altamente preocupados por el alarmante estado de nuestro ambiente; con el compromiso de actuar decididamente utilizando toda la capacidad, experiencia y fortaleza de la Unión, en miras al Congreso Mundial de la Naturaleza 2020 en Marsella
Tomando nota de que:
- Los hallazgos de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) de la Organización de Naciones Unidas, demuestran de manera irrefutable que:
- 75% del ambiente terrestre y alrededor del 66% del ambiente marino se han alterado considerablemente;
- alrededor de 1 millón de especies de animales, plantas y hongos está ahora en peligro de extinción;
- dicha extinción ocurre a un ritmo sin precedentes en la historia de la vida en la tierra;
- Cinco grandes causas impulsan directamente la degradación de la naturaleza: los cambios en el uso de la tierra, el agua dulce y el mar, la explotación directa de organismos, el cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras.
- La red esencial e interconectada de la vida en la Tierra se está haciendo cada vez más pequeña y segmentada, arriesgando su sostenibilidad que es la de la humanidad.
- Pese a los esfuerzos y el progreso alcanzado, la comunidad internacional está lejos de cumplir con los compromisos asumidos en 2010 en el Plan Estratégico 2011-2020 del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y las Metas de Aichi para la Biodiversidad, lo que vulnera los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- En consecuencia de este incumplimiento, los Estados deberán definir un nuevo marco mundial para la biodiversidad post 2020, obligando a asumir nuevos compromisos para 2030.
Destacando que en Sudamérica:
- Somos una de las regiones más ricas en biodiversidad del mundo, que no escapa al alarmante escenario de deterioro generalizado de los sistemas naturales y sufre una degradación acelerada que afecta la salud y la integridad de la vida de quienes vivimos en ella.
- Ecorregiones tales como el Chaco, la Amazonía, los Andes, el Cerrado y el Bosque Atlántico, entre otros, así como nuestros pastizales, bosques y matorrales mediterráneos, mares y humedales, están seriamente amenazados al igual que las comunidades que allí habitan, especialmente los grupos étnicos y pueblos indígenas, algunos de ellos en situación de aislamiento y en contacto inicial. También preocupa de manera especial la crisis de deforestación en el Cerrado y en la Amazonía (siendo el mayor bosque tropical del mundo).
- Es extremadamente grave la situación de las personas que defienden el ambiente y los derechos humanos, presentando los mayores índices de ataques y asesinatos del mundo.
- Preocupa la falta de cumplimiento y bajo nivel de implementación de legislación y políticas ambientales, pobres procesos de rendición de cuentas y transparencia; e incluso serios retrocesos en los niveles de protección ambiental alcanzados en muchos de nuestros países.
Convencidos de que:
- Los bienes y servicios de los ecosistemas constituyen la base para la alimentación, el bienestar y la salud humana, siendo vital para todas las sociedades y su desarrollo sostenible.
- La naturaleza debe ser acogida como sujeto de derecho, bajo diversas visiones, como los derechos de la naturaleza.
- Nos urge actuar a favor de la conservación de la naturaleza y la biodiversidad, en todos los niveles, desde lo local, lo nacional, lo regional hasta lo global.
- Podemos generar un cambio transformador, que considere los factores tecnológicos, económicos y sociales, incluidos paradigmas, objetivos y valores para proteger la naturaleza, restaurarla y aprovecharla de manera sostenible; contribuyendo a cumplir los ODS.
- La UICN aporta credibilidad, una mirada independiente, científica y visionaria; debemos fortalecernos para enfrentar con urgencia esta emergencia ambiental.
Celebrando la diversidad y heterogeneidad de la región, tanto en su riqueza natural y cultural como en sus formas político-administrativas, y en la búsqueda de una representatividad justa y pertinente con la cual compartir una visión global, hacemos un llamado a avanzar de manera apremiante para:
- Proponer y alcanzar metas globales realistas, a la altura de la emergencia, y mecanismos de cumplimiento y seguimiento para hacer responsable a los Estados para que el marco mundial para la biodiversidad post 2020 sea ambicioso, efectivo y alcanzable.
- Que como Unión proveamos un mecanismo de apoyo y auditoría al cumplimiento de las metas en distintos acuerdos multilaterales relativos a la biodiversidad y la naturaleza a nivel regional y mundial.
- Generar espacios de articulación a favor de la conservación y desarrollo sostenible entre diversos sectores, incluyendo la sociedad civil, la academia, los gobiernos locales y nacionales, los pueblos indígenas, diversos grupos étnicos y las comunidades locales, grupos de jóvenes y mujeres, el sector privado, y las organizaciones multinacionales y regionales, entre otros.
- Respaldar urgente y activamente a las personas que defienden el ambiente y los derechos humanos. En este sentido, llamamos a los países de Sudamérica a la pronta ratificación e inmediata implementación del Acuerdo de Escazú sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, el primer tratado vinculante del mundo que prevé la obligación de los Estados de proteger a quienes defienden el ambiente y sus derechos.
- Contribuir activamente al desarrollo de marcos normativos y políticas de Estado como compromisos genuinos para atender las amenazas ambientales y a la biodiversidad, que aseguren los debidos presupuestos nacionales y financiamiento.
- Promover la eliminación de aquellos incentivos perversos y/o desincentivos que afectan la biodiversidad y reemplazarlos por acciones sostenibles.
- Fomentar la realización de procesos participativos de ordenamiento territorial, seguridad jurídica de territorios indígenas y generación de marcos de referencia de uso de recursos en aguas internacionales.
- Fomentar la gestión transfronteriza de las ecorregiones sudamericanas, como una responsabilidad compartida entre nuestras naciones.
- Fortalecer los esfuerzos de creación de nuevas áreas protegidas y otras áreas conservadas, y continuar apoyando el adecuado funcionamiento de las ya existentes, garantizar su financiamiento, aumentar su representatividad ecológica, integrarlas a paisajes productivos, asegurando su conectividad y viabilidad.
- Valorar adecuadamente el rol de la mujer en la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, así como la fuerza y nuevas habilidades de la juventud.
- Fortalecer e implementar estrategias de comunicación adecuadas a distintas audiencias, que permitan mantener una sociedad mejor informada, capaz de tomar mejores decisiones a favor de la armonía con la naturaleza.
- Fortalecer espacios y procesos participativos para alcanzar y reconocer diferentes arreglos gobernanza ambiental, que promuevan justicia, inclusión y equidad a favor de una mejor toma de decisiones en defensa de la naturaleza y de los derechos humanos.
- Profundizar la educación ambiental, la divulgación, comunicación y sensibilización de la población para promover comportamientos que lleven a una convivencia en armonía con el entorno natural; una sociedad más consciente de su vital interacción con el ambiente, conectada con la naturaleza.
- Reconocer la contribución de los pueblos indígenas, comunidades locales y diversos grupos étnicos en la preservación y gestión sostenible de ecosistemas altamente biodiversos por lo que es imperioso incrementar la membresía y participación de sus organizaciones en todos los espacios de la UICN, así como el apoyo al reconocimiento e implementación de sus derechos colectivos y territoriales.