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Por Peter Hartmann, Socio Honorario y Director Filial Aisén

Nos preguntábamos en estos días de cómo podríamos aportar ante la pandemia. Estimamos en alguna manera haberlo hecho con aspectos más bien preventivos, de esos que suelen tener poca difusión e importancia para el reactivo sistema oficial. Esto es tratar de dejar en claro que tenemos que evitar el miedo, tanto por motivos de salud como sociales, que debemos mantener la moral alta, altas vibraciones como dirían algunas/os, y acordarnos que la mente es muy potente, que la fe mueve montañas y que buena parte de la realidad nos la construimos nosotros mismos. Todo esto también vale para ir construyendo, desde ahora, el mundo post pandémico.

¿Qué tipo de mundo queremos? ¿Más de lo mismo o uno de respeto a las leyes ecológicas, a la Madre Tierra, a la vida, al equilibrio y entre humanos? En esto de la prevención también está la salud del cuerpo y mente, de alimentarnos adecuadamente, de respirar bien y buen aíre, de hacer ejercicio, de mantenernos entretenidos y ojalá sintiéndonos contentos. De hecho, pensamos el virus nos encontró a fines del verano con las defensas altas, pero ¡cuidado! eso va cambiando hacia el fin del invierno.  Y claro, hay muchos a quienes estas palabras le sacaran una sonrisa amarga, por la realidad del lugar donde vive confinado, constreñido en vivienda de mala calidad, sin ingresos, ahumado. Parte del problema. A propósito, rogamos para que quienes  insisten en quemar basura plástica la corten de una vez por todas. ¡Ese humo además de ser aliado del virus es tóxico! ¡También para quien comete esa torpeza! Lo otro que nos ha llamado la atención es el hecho de que hay muchos que creen que la cuarentena es para “caerse al frasco” o que el alcohol les ayuda en la prevención. Vale recordarles que hay muchísima más gente que muere a causa del alcohol que por el Covid-19; hace algunos años eran entre seis a siete mil al año en Chile.

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