Peter Hartmann, Coordinador Coalición Ciudadana por Aisén Reserva de Vida – 30-05-2018
El título es parte de la letra de “Cantares” del poeta Unamuno cantado por Joan Manuel Serrat, canción favorita de Antonio Horvath cuando hacíamos nuestro programa de radio en los años 80 junto a Leopoldo Sánchez. Programa en su tiempo muy famoso, que se transmitía en tres emisoras en horario de alta audición.
Uno de sus nombres fue “Conversando de Ecología” y el jueves pasado, con bastante emoción, reprodujimos una partecita de una histórica conversación de 1987 entre Antonio y Augusto Grosse en nuestro programa actual. ¡La guardaba por Grosse y terminó reapareciendo por Horvath! Así es la vida; hace meses rondaban rumores de que Antonio estaba mal de salud y también que se estaba guardando para candidato a Gobernador Regional, hasta que hace dos semanas vimos en redes sociales de que tenía cáncer. En esos días, aun en la incertidumbre, la intención fue escribir nuestro agradecimiento en vida (después al homenajeado de poco le sirven), pero los acontecimientos se precipitaron demasiado rápido.
Conocí a Antonio en 1982 como director de Vialidad en una controversia sobre el camino a Puerto Yungay y su ubicación. Luego volveríamos a desencontrarnos amistosamente y siempre con mucho respeto, en algún seminario y charlas sobre ese tema del “Camino Longitudinal Austral”, hasta que nos convertimos en aliados “ecologistas” en la radio a causa del basurero nuclear de Gastre. En esa época no se podía hablar de política, pero sí de ecología y en eso ya había riesgo de meterse en “las patas de los caballos”, como nos ocurrió más de alguna vez. De hecho, el programa era grabado y no faltaron las censuras entre nosotros para no perder la pega. Y ese programa terminó, porque en alguna ocasión en que quedó a cargo de Antonio, este no fue a grabar. La verdad es que dolió harto. De esa época también es la excelente revista Trapananda que editaba Antonio y financiaba desde Vialidad, lo que le trajo algún problema. Aparte de ingeniero y artista, Antonio era una persona multifacética de mucha cultura. De hecho siempre le sobraron agrupaciones, temas, personas con las que se enredaba.. Lo otro que era evidente, es que era un “obsesivo” de los caminos, un enamorado de la Patagonia y un regionalista de tomo y lomo. En esos años también, siguiendo los pasos de Grosse y Steffen a quienes admiraba, hizo más de una exploración caminera. La más notable fue aquella por el borde del Campo de Hielo Sur con P. Silva, A. Colomés y R.. Astorga (más H. Guelet en lancha), toda una proeza. Aunque su finalidad de construir camino ahí en el Parque Nacional Bernardo O’Higgins para abrir terri-maritorio a los salmoneros no nos pareció nada de bien. Así, no fue casualidad que Horvath haya sido el primero en llegar en enero 1999 a felicitar a los chilenos que cruzaron por primera vez el Hielo Sur en su largo. Siempre se podía contar con él para aventuras, iniciativas montañistas y rescates.
Con la vuelta a la democracia Antonio se recicló a diputado, muy destacado, en la famosa “bancada verde” con Girardi, Navarro, luego también Sánchez y otros. Eso fue la época cuando surge la propuesta ciudadana Aisén Reserva de Vida y se esfuma el monstruo nuclear. Por cierto Antonio era importante pilar de la propuesta y en eso recordamos su ponencia en el Foro Taller de 1997 en el cual planteaba que como región debíamos tener posición ante la disyuntiva del desarrollo globalizado destructivo, depredador, contaminador versus aquel regionalista y sustentable. Al final de esa época, y a causa de la campaña contra el megaproyecto Alumysa, con Antonio de Presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Senado y Alejandro Navarro de Presidente de aquella en la Cámara de Diputados, a iniciativa de Codeff y en el Peaceboat, surge la mega -propuesta “Patagonia Patrimonio de la Humanidad” que luego decantaría al expediente de Sitio de Patrimonio Mundial Natural “Archipiélagos y Hielos Patagónicos”. Este trabajo que hace años debe ser entregado con algunas correcciones nuevamente por Conaf al Ministerio de Relaciones Exteriores, no hace mucho, descubrimos es boicoteado por el Ministerio de Economía guardando los intereses salmoneros. Paradójicamente la misma industria de la que Horvath fue importante promotor y amigo y que hace no mucho reconoció que no es sustentable.
En esa época a las diferencias respecto a la industria salmonera, se sumaron aquellas respecto al Parque Pumalín y Tompkins. Así llegamos al 2006-7 cuando después del apoyo inicial a Endesa y su proyecto en el Baker y Pascua, Antonio se da vuelta y convierte en de los más importantes contribuyentes a la campaña Patagonia sin Represas. Eso evidentemente le trajo enemistad en sus propias filas y en especial con el gobierno del Presidente Piñera. Las consecuencias fueron que Antonio recuperase esa independencia gauchesca que francamente nunca había abandonado, mientras los anónimos de siempre le incendiaban su casa. Algo al menos tuvo que ver su trato con la Presidenta electa, en el rechazo a HidroAysén del gobierno de Bachelet, en junio 2014. Y también fue en gran parte iniciativa suya la ley de cogeneración eléctrica (netbilling). Parecía ser que Antonio en estos años finales se puso cada vez más coherente, regionalista y ecologista. Pero la salud ya no le acompañó y hace rato que ya no le veíamos.
Así nos quedamos sin protagonista en vida para nuestro agradecimiento y homenaje, el cual esperamos, al menos sirva de consuelo a sus familiares y amistades más cercanas. Y no serán los únicos que le echaran de menos. ¡Adiós y hasta siempre Antonio, que seguro te encontrarás haciendo camino al andar hacia o en el más allá!