La realización del 1° congreso nacional de áreas protegidas del Estado significó la creación de un primer espacio que nos permite constatar una larga historia de éxitos aprendizajes y errores, pero sobre todo valorar la historia que hemos construido desde hace 110 AÑOS en nuestro país. Actualmente Chile cuenta con 100 áreas silvestres protegidas, distribuidas en 36 Parques Nacionales, 49 Reservas Nacionales y 15 Monumentos Naturales, las que en total cubren una superficie aproximada de 14,5 millones de hectáreas incluidas las 10 Reservas de la Biosferas.
Se podrá decir mucho, que faltan cosas. Esto debido a que somos o estamos siendo muy críticos y exigentes a todo lo que implica la labor del Estado a través de los diferentes gobiernos, no cabe duda. Sin embargo, no se puede negar que en estas materias Chile está aportando seriamente a los conceptos de protección de los diferentes ecosistemas que componen nuestro paisaje y contamos con un sistema que protege el 20% del territorio nacional en la categoría de áreas protegidas, en las cuales están representados todos los ecosistemas, el doble de la media Internacional.
En esta línea, fue realmente valiosa la realización de este mega evento con su Foro Internacional, sus 4 charlas magistrales, 150 comunicaciones libres; dos eventos paralelos; 9 simposios; 62 poster y presentaciones, más 4 salidas a terreno, una amplia y completa muestra de investigación, acción, historia, educación ambiental, ciudadanía y análisis del quehacer del SNASPE, con más de 500 participantes.
Lo fundamental dentro de todo lo expuesto durante esos días son el diálogo surgido y la visión compartida entre los participantes, los nuevos desafíos que se plantearon, los grandes aprendizajes, el COMPROMISO CON LA NATURALEZA, las relaciones internacionales y lo mejor, el anuncio de un segundo Congreso en dos años más.
Como conclusiones personales de la participación en esta experiencia, destaco que fue muy grato encontrarse con nuestros pares amantes de la naturaleza y descubrir que el mundo ya es mejor con su sola existencia y labor.
Finalmente, quiero reconocer humildemente a CODEFF, una organización que ha actuado de alguna manera como un semillero en sus casi cincuenta años. Podemos vernos aportando unos granitos de arena, somos parte y creadores de historias de transformación conductual. Esto se confirma con la inauguración del congreso por Aarón Cavieres, socio del Comité y que actualmente está entregando sus servicios en la CONAF como Director Ejecutivo. Además, en las charlas, conversaciones y simposios visualizamos los aportes de personas como Maximiliano Sepúlveda, Rodrigo López, Gonzalo Medina y Gonzalo Mardones, solo por nombrar a algunos, junto a tantos otros en que han sido socios en organizaciones hermanas construyendo un mundo mejor que son parte de este largo caminar. Por eso llamo a realizar una valorización interna, para mirarnos en el tiempo y observar algo que no siempre tenemos la oportunidad de ver y reconocer, mirando el camino recorrido como institución y como partner., ¿Por qué no?
