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Son más de 2.400 los animales que han pasado por el CRFS de CODEFF y muchos de ellos han sido mamíferos, entre los cuales se destaca la presencia de felinos como pumas y gatos colocolo.

De las cinco especies de felinos que habitan en Chile, el puma (Puma concolor) y gato colocolo (Leopardus colocolo) comparten la característica de habitar a lo largo de todo el territorio nacional. Sin embargo, mientras que el puma puede llegar a pesar 100 kilos y su cuerpo mide hasta casi dos metros, el gato colocolo es de estatura menor, llegando a medir 70 cms. y pesar no mucho más de 3,5 kg.

Como buenos felinos, pumas y gatos colocolo poseen una dieta exclusivamente especializada en carne, la que consiguen por sus propios medios a través de la caza. Tienen cuerpo flexible, musculoso y alargado, con excelentes sentidos de la vista, olfato y audición, solitarios y altamente territoriales.

No obstante, la vida silvestre de ambos animales se ha visto amenazada con el acelerado crecimiento de las ciudades y los conflictos desatados con la ganadería y la crianza de aves. En el caso del puma, su distribución se ha reducido a zonas cordilleranas y precordilleranas, Por largo tiempo se consideró en Peligro de Extinción. Hoy su estado de conservación se clasifica como «Insuficientemente Conocida» en las regiones del norte y Valparaíso y como «Vulnerable» en el resto del país. Por su parte, el gato colocolo fue una de las principales especies peleteras de Sudamérica. Hoy en Chile su caza está prohibida.

De acuerdo a tales referencias, varios son los pumas que han sido rehabilitados por el Centro y luego reinsertos en su hábitat natural. Cabe recordar que en 1993, a pocos años de inaugurado el espacio, llegó hasta sus dependencias una puma cachorra afectada por la tiña y la desnutrición, la que finalmente dadas las difíciles condiciones que presentaba para integrarse a la vida silvestre fue acogida de por vida en tal lugar con el nombre de Leontina. Años más tarde, una historia similar ocurrió con otro ejemplar hembra de puma que llegó trasladada por personal del SAG desde la Región de Coquimbo, quienes la rescataron desde un centro de exhibición ilegal. Al haber mantenido a temprana edad estrecho contacto con personas, no se logró rehabilitar y ser reinserta en su hábitat. Espuma, cuyo nombre fue dado por el personal de CODEFF, continúa viviendo en el CRFS, siendo hasta ahora, el ejemplar más antiguo que actualmente vive en sus dependencias.

Menor ha sido la cantidad de ejemplares de colocolo que han pasado por el CRFS, pero no por ello menos valioso el logro de su rescate y la labor empeñada en pos de su recuperación e incorporación a la vida silvestre.  Así fue el caso de una hembra de edad avanzada que llegó en el año 1994 desde la Cuarta Región. Otro caso digno de destacar fue el de dos hermanos cachorros, de dos a tres meses aproximadamente, que fueron encontrados en el sector de Montenegro, Tiltil. Probablemente su madre fue cazada y al llegar al centro, hubo que enseñarles incluso que pudiesen obtener el alimento por sus propios medios. Unos cuantos meses más tarde, siendo ya capaces de valerse por sí mismos, los juveniles colocolo fueron liberados en el área de protección Huemules de Niblinto en la Región del Biobío.

El cuidado en cautiverio de un animal silvestre requiere aminorar el mayor estrés posible y proporcionar un bienestar en general. En el caso de felinos es favorable condicionar sus dependencias con elementos que le brinden altura para dar continuidad a sus hábitos de observación o mantener horarios de alimentación acordes a sus rutinas diurnas o nocturnas. Por otra parte, los felinos al ser una misma familia, son susceptibles de contagiarse de las mismas enfermedades que afectan al gato doméstico, por ejemplo. Por este motivo, resulta fundamental mantener una adecuada aislación e higiene en su cuidado.

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