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“Lo que uno más espera es que vengan con la disposición de hacer lo que sea”, sostiene Domingo Galleguillos, coordinador de voluntarios del Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre, sobre los voluntarios que el CRFS recibe cada año. El ingeniero en medio ambiente de 23 años empezó como voluntario en el centro el 2017, para luego quedarse trabajando en el lugar. Su mayor motivación es aportar en la vida de estos animales.

En el CRFS existen tres programas de voluntariado: el de invierno, el de verano y el permanente. En invierno, quienes quieran participar viajan al Cajón del Maipo, donde esta ubicado el centro, por un fin de semana. En verano, en cambio, los voluntarios se quedan una semana entera. Por otro lado, los voluntarios permanentes llegan cada segundo y cuarto fin de semana del mes.

En cualquiera de los casos, los voluntarios cumplen con tareas fundamentales para el funcionamiento del centro. Desde alimentar a los animales hasta limpiar sus jaulas, e incluso reparar o construir nuevos hogares para la fauna, con el fin de que puedan desarrollarse mejor.

Aprender siendo voluntario

Este verano se recibieron a ocho voluntarios, quienes lograron habilitar nuevas jaulas y arreglar otras ya existentes. Entre ellas, se reparó una para aquellos animales que presentan problemas, por ejemplo, loros choroy que son ciegos. También se construyó un hogar con mejores condiciones para Cojito, un zorro culpeo que perdió parte de una de sus patas delanteras. Estos fueron sólo algunos de los notables aportes que hicieron los voluntarios.

Las responsabilidades que toman son grandes, lo cual también significa gran aprendizaje. “En sus manos está la vida del animal, y también pueden poner en riesgo su propia vida”, afirma Domingo. Por ello, para ser voluntario se necesitan dos características esenciales: motivación y responsabilidad.

Domingo resalta que es importante entender que se está trabajando por los animales, para devolverlos a su entorno natural, donde pertenecen. No obstante, junto con ello también se está trabajando por el equilibrio de nuestra flora y fauna nativa, ya que cada especie cumple un rol en la naturaleza.

Así, en el centro los voluntarios pueden ver y entender la importancia que tienen estas especies en nuestros ecosistemas. “Son todas nativas, incluso algunas endémicas, como el loro choroy, que si desaparecen de Chile no estarán en ningún otro lugar del mundo. Aquí, las personas se van sabiendo cómo proteger y cuidar estas especies en su naturaleza”.

A los voluntarios se les da una charla donde se les explican los protocolos de seguridad, se les enseña sobre los animales y también sobre educación ambiental. Adicionalmente, se les explica que no deben tratarlos como mascotas, ya que no son animales domésticos, sino silvestres, y tratarlos como tal les permite desarrollar su naturalidad, además de que la mayoría está siendo preparado para vivir en su hábitat.

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