La ex voluntaria del CRFS comenzó su labor el segundo semestre del 2010, cuando junto a una compañera de universidad postularon al voluntariado y fueron admitidas.
Su amor por los animales la motivó a colaborar con la veterinaria a cargo en ese entonces en el manejo de zorros, loros y de todos los animales que llegaban al Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre (CRFS).
Con el tiempo comenzó a asistir los fines de semana a limpiar las jaulas, ayudar y alimentar a los animales. Además, realizaba enriquecimiento a las jaulas, el que consistía en cambiar lo que estuviera dentro e ingresar algo nuevo para la entretención de los animales, que buscaran su comida, que sintieran un nuevo olor y que continuaran desarrollando sus instintos.
Carolina menciona que realizó un voluntariado con estadías en donde invitaban a las personas a conocer lo que se realizaba en el centro y que cuando no continuaron con las actividades se quedaba a cargo del CRFS.
La actual veterinaria indica que siempre le llamo la atención los animales silvestres, pero que cuando ingresó a la universidad el área de la conservación no era conocida y que gracias al curso en el cual participó comenzó su amor por esta causa. “Me llamo mucho la atención lo que se hacía y que se trabajara con la fauna nativa, me interesó el trabajo y lo que podía hacer para mejorar la vida de los animales”.
Respecto a un caso que le llamara la atención, Carolina señala que sí: «El de la espuma. Me enamoré de ella y de los pumas en general, siempre me habían gustado los felinos y había soñado con trabajar con tigres o leones, pero cuando vi a espuma decidí que tenía que trabajar por la fauna chilena y ahora en eso estoy actualmente”.
Hace un año esta profesional trabaja en un centro de conservación en Puerto Varas, realizando labores similares a las que llevó a cabo en el CRFS. “Estamos conservando animales, teníamos rehabilitación y tenemos un centro de exhibición en donde se muestran los animales que no se pueden liberar”, dijo.
Para Carolina haber realizado su voluntariado en el CRFS fue un gran precedente en su carrera. por tal motivo, expresa que “a los voluntarios que trabajan ahí les ayuda en el conocimiento de la fauna chilena y a crear conciencia, porque la mayoría de los animales que viven ahí es por la culpa del hombre”.
Durante el voluntariado participó en un gran número de liberaciones, “es algo muy bonito, una sensación enriquecedora, uno siente que le devuelve un poco la mano al animal en sí y a la naturaleza”.
Finalmente, la ex voluntaria envía un mensaje a las personas para crear conciencia: “En Chile no se está protegiendo mucho, hay poco territorio, poco bosque, fauna y flora y tenemos que empezar a conservar si queremos que las futuras generaciones conozcan y aprendan de esto, ya que cada animal y planta juegan un rol fundamental en nuestro ecosistema”.